lunes, 27 de mayo de 2013

"Ars vivendi" se presenta en Sevilla.......







Consecuencias trágicas




FUMO para perder el miedo a los insectos. El humo los aleja, los mantiene a una distancia prudencial y cierta. Si la araña se dirige hacia la pierna exhalo y expulso versos contemporáneos.

Reporta Valle Inclán un razonamiento lúcido y coherente. Voy dejando mi ropa sobre los cojines, la silla del salón, la encimera de la cocina, el suelo del baño. Desnudo y limitado, la vida es un concepto que no debe cambiarse. Algo así como morir de rabia. Dice Platón que me acepta dentro de su círculo, el círculo platónico.

Fumo por despecho, ignorancia, oposición al régimen, fumo porque me sale de los cojones. Una manera natural de decir que te quiero y esas cosas que se dicen sin más, por eso mismo.

A – e – i – o – u. Pío, pío. La casita verde sobre la mesa. La rama de encina es el rincón del huerto donde hablo con dios. Vueltas de la vida, imágenes, articulaciones, disposiciones.

Limpio la bicicleta blanca, friego el escalón de Londres, doy dos bofetadas al señor de las fotos de México D.F. Es una manera natural, no es artificio. Loreto se ha aparecido esta tarde entre los acebuches, está muy preocupada por mí. Estaba bellísima. Su brillante abrigo negro y las piernas, las infinitas piernas que provocan consecuencias trágicas.

El pitillo se consume entre los dedos. Siento su calor, el alma, la posibilidad. El pensamiento será conocimiento si perviven la ética y la estética. La armonía y el equilibrio. La admiración ajena. Expulso versos contemporáneos. Siguen sin llenarme. Vueltas de la vida.

 

12 de junio en Cádiz ("Libre de la tormenta", que dijo Garcilaso)



domingo, 26 de mayo de 2013

Próximamente




© Jasamaphoto

La mala construcción





LAS hormigas suben por las ramas y se adentran en la casita blanca. Las arañas acompañan. El humilde gorrión se alimenta con el pico pero no consigue detenerlas a todas. Hay versos que se escapan por el interés y el prendimiento.

El rabilargo y la tórtola turca han destrozado el suelo de la casita blanca y debo arreglarlo. El peso, siempre es el peso. Si acumulas poemas de los últimos años, en un inmenso saco, destrozarás el suelo de la casa. Las hormigas pasarán de largo, las arañas, en su tela, desaparecen. Apenas hay poesía, aunque los que se creen sabios repitan nombres y apellidos de seres siniestros y efímeros. Equiparables, sus versos son equivalentes. Las formas clásicas se ensucian en el suelo de la casita blanca. Chispa, energía, vida, ética y estética. ¿No es suficiente?

El piso de la casita blanca es horizontal como la poesía de los siniestros. Toda es igual, no logra levantarte de la silla. La construcción no es arte, es arquitectura, arquitectura sin artefactos. Y la poesía es esencia, no es decencia.

Y la risa, ¿dónde dejan la risa? La compostura es honestidad y modestia. Dignidad. ¿Dónde dejan la dignidad?

Cadena Ser (26 de mayo de 2013)


Se puede escuchar AQUÍ.


sábado, 25 de mayo de 2013

Fabricante de imágenes




LA naturaleza de la poesía radica en su propia esencia, es una confabulación de sintonías, equilibrios, coincidencias premeditadas. La armonía es el caos que organiza y sostiene.

En la rama. Echo fuera los desvíos que no dejan concebir. Mediante el razonamiento busco el hilo que separa lo sensible de lo inteligible, pero nunca encuentro nada. Las hormigas ya saben que estoy en la rama y pasan de largo por otra. Evitan ser alimento, gratificación.

Llego a ser esclavo de la propia poesía, me interrogan las nubes y las estrellas. Retórica, solo es retórica. Ante las preguntas guardo silencio y agacho la cabeza entre las alas. La razón de la palabra nunca será divagación, ni vanidad, ni orden.

Amo el caos. Odio el pasado. El pasado no es realidad, es ignorancia e indefinición. Para comprometerte en la poesía debes guardar la ética y la estética, la humildad es el principio de la entrega personal.

Muevo la cabeza para ser descriptivo, observador, fabricante de imágenes reales de la naturaleza.

Una nube ha pasado de largo esta tarde. No detuvo su paso ante los girasoles. La nube era la ignorancia, creer por encima de la propia virtud, creer en la mentira que nunca será ajena.

Sobre "Libre de la tormenta"


Se puede leer AQUÍ.


viernes, 24 de mayo de 2013

Nakul, la comadreja




EL indio de Portobello Road se llamaba Nakul, tenía unos ojos negros intensos y una piel morena y manchada. Aún me escribo con él. Un día me dijo que su nombre significa comadreja.

Una noche Nakul se apareció en casa. Me asusté de su sombra. Se dirigió al acebuche que tiene el tronco hueco. Allí permaneció por los siglos de los siglos. Cuando necesito a Nakul lo llamo suavemente, siempre en la noche, y Nakul acude con premura, sin premeditación.

Nakul me recordaba al turco que acosaba a Susana en Estambul. Aunque el turco era negro los pasos los daba igual que el indio. Nakul leía a Valmiki y su Ramayana. Aprendí del silencio, de su soledad en el hueco tronco del acebuche y de sus saltos elevados, como los de una comadreja.

Cuando las nubes visitan y descansan en el porche de la entrada, Nakul les ofrece un refrigerio. Habla con ellas. A los pájaros los engaña con susurros, se acercan por el canto glorioso y acaban en sus garras. Los pájaros son su alimento.

Rodeé el tronco hueco del acebuche de piedras blancas. Nakul las remueve y las invade. Allí está su territorio.

Durante mi convivencia con dios, Nakul permanecía escondido. Sentía pánico de los ojos de dios, no obstante vigilaba las presencias extrañas y defendía la entrada como una claridad.

Todos los meses recibo una carta de Nakul, me cuenta sus impresiones y sus expresiones. Las leo pero nunca respondo. Sin esperanza el mundo se ve de otra manera. Con los ojos de un indio que me vendió un espejo mágico. El marco del espejo un día es verde y otro marrón. Depende de las visitas. Hoy han llegado siniestros, el marco se ha velado en amarillo.

 

jueves, 23 de mayo de 2013

Deja frutos





LA casita verde, aquella que representa la armonía y el equilibro, la verdad, la virtud, el compromiso, la ética y la estética. Dentro de la casita verde asoman los pequeños en busca de alimento. La rama de encina soporta la sobriedad y el tacto.

A partir del minuto uno y treinta segundos, suena libre de la tormenta, que dijo Garcilaso. En la casita verde. La necesidad del alimento. Y tú tan guapa.

Leo a Dante, desayuno con Platón, almuerzo con Parra y duermo con Claudio en la noche, allí en la claridad. La verdadera noche es claridad, el reflejo del espejo con el marco marrón que compré a un indio en Portobello Road. Me dijo que poseía poderes mágicos, reflejos sorprendentes. Lo colgué frente a la puerta del baño, justo donde la ventana observa la entrada al laberinto, el caño del pilón, las hierbas aromáticas.

El espejo, con marco, se cayó en tres ocasiones pero nunca se hizo añicos, permanecía intacto como las estrellas o las nubes. Daba saltos de alegría y proseguía reflejando. Uno a uno los autores se vieron reflejados. El espejo poseía una memoria interna que guardaba los síntomas, las insinuaciones, la verdadera esencia del verdadero presente.

Sé de cosas, de muchas cosas. Las conté a Natalia, a Diego, a Nacho o a María. En el banco de san Clemente apreté mis manos con las tuyas y apareció Sharleen. La fusión de las artes se hizo verbo, y habitó entre los justos. Eran las vueltas de la vida. Una tarde de diciembre, era en el mes de mayo, justo cuando el madroño florece y deja frutos.

Me escriben los amigos para decir te quiero y esas cosas que se dicen sin más, por eso mismo. Y sonrío. No amarás al prójimo como a ti mismo. Ríe, no dejes de reír. La virtud es la risa, la alegría. Los siniestros no sonríen, permanecen erguidos como las sombras o el humo. El cigarro se apaga, llora Wagner. Viene la muerte con su cara de pena.