viernes, 1 de enero de 2016

Todo queda en promesas


Prometemos. Otorgamos, aseguramos, damos razones, indicios, señales. Nos robamos el tiempo que no poseemos y calculamos las obras, los propósitos. Prometemos.

Debo acudir con más asiduidad al cementerio, para respirar, escuchar el silencio, la indolencia, oler la soledad, mirar las obras de Chagall que cuelgan de los nichos. Un colorido se difumina entre los cipreses. Negro y blanco. Blanco y negro. Todo el color es fuerza caducada.

El número total de los indolentes tiene carácter de unidad. No queda nada. Ni el alma de los seres, ni la utilidad para seguir viviendo. La poesía, como el conocimiento, es el acto idéntico, la percepción de fundir sensaciones y cualidades.

Prometemos. Y esa es nuestra proporción. Todo queda en promesas.