sábado, 23 de febrero de 2013

Literatura




NIEBLA. Vuelve la niebla a nuestro alrededor. Me han llamado los niños para que les lleve el alimento. Un tiempo, deseo dejar de ser un tiempo, simplemente un momento. Nada más. Ese instante que Platón utiliza para dar la vuelta al vinilo. Un aplauso y un sorbo al vaso de la boca ancha, el que estaba sobre la tapia de la azotea.

En Puerto Real existía una brisa que me llevaba en volandas al colegio del Santo Ángel. Pero el ángel era negro, como la sotana del hermano visitador. En el banco de san Clemente recibí dos afirmaciones: la de Sharleen y la de Nacho. Entonces dudé, dudé infinitamente. No sé si soy carne o pescado. Nunca sabré en realidad qué he llegado a ser, ni me interesa.

Ríe A. Su voz inanimada es un cartoons con palabras de vidrio verde. Salto, sigo saltando en el centro. El primer libro de Fábula se titula La vida alrededor. Algo es algo, lo dijo Séneca en una ocasión.

Echo de menos la textura de tus dedos, las palabras y el beso en la oreja. También recuerdo tu falda colegial de cuadros burdeos y azules.

Doy la vuelta a mi vida. Todo lo que aparece de repente es falso como el miedo y la niebla. Soñé que me amabas pero no era cierto, querías la seguridad del alimento y todo lo que ello sostiene. Salto las baldosas de dos en dos, con permiso de mi cadera dejo de ser un tiempo. Quemo el libro de Cicerón porque me ha cansado tanta virtud.

Juan Ramón era grande, pero todo lo que ahora rodea a Juan Ramón es tan falso como los archivos secretos del Vaticano. Viene una mariposa y se posa en mi cabeza. Con las manos intento asustarla. Fallo. Con las manos consigo que se acerque al oído.

Aquello que repite la mariposa es un secreto tan grande como una estrella. Sonrío. Vuelve la niebla. Ahora solo publico literatura, antes arutaretil.