La primera vez que pisé una bolera era joven. Intenté derribar algún bolo pero fue imposible. Tan erguidos, bien puestos, sólidos y brillantes. ¡Qué difícil!
Tan solo visité la bolera en un par de ocasiones, y el resultado fue similar.
En cambio los expertos, esos que existen por reiteración y entrenamiento, son capaces de hacer pleno de forma fácil.
Ahora, esas maderas pintadas que permanecen en pie como poetas listos, siguen su camino hacia el sentido común, la justicia. Si han de ser derribados, se dejan, con coherencia. Siempre sabiendo que alguien mejor les apasiona.
No hagas nunca trampas. No dejes que te inciten al desconcierto, puede resultar incómodo y fatal.
A veces, todos esperamos que llegue la hora del derribo. Permaneces erguido y después de un día y otro día, deseas ser derribado por un profesional. No sirven los imitadores, los soberbios, aquellos que dicen o escriben unas cosas y hacen otras, los mentirosos de carácter, los que poseen hasta diez personalidades diferentes, los que no tienen vida, en definitiva, los no poetas.
Son compañeros y da pena su actuación, su cúmulo de escritos, sus pasiones desatadas por amor a sí mismo.
La historia de un derribo comienza hoy. Mañana, aunque levantado, tenderé a caer por la inercia, o por un propio impulso.
Tan solo visité la bolera en un par de ocasiones, y el resultado fue similar.
En cambio los expertos, esos que existen por reiteración y entrenamiento, son capaces de hacer pleno de forma fácil.
Ahora, esas maderas pintadas que permanecen en pie como poetas listos, siguen su camino hacia el sentido común, la justicia. Si han de ser derribados, se dejan, con coherencia. Siempre sabiendo que alguien mejor les apasiona.
No hagas nunca trampas. No dejes que te inciten al desconcierto, puede resultar incómodo y fatal.
A veces, todos esperamos que llegue la hora del derribo. Permaneces erguido y después de un día y otro día, deseas ser derribado por un profesional. No sirven los imitadores, los soberbios, aquellos que dicen o escriben unas cosas y hacen otras, los mentirosos de carácter, los que poseen hasta diez personalidades diferentes, los que no tienen vida, en definitiva, los no poetas.
Son compañeros y da pena su actuación, su cúmulo de escritos, sus pasiones desatadas por amor a sí mismo.
La historia de un derribo comienza hoy. Mañana, aunque levantado, tenderé a caer por la inercia, o por un propio impulso.
19 comentarios:
De joven no era mala jugando al bowling, quizás era la casualidad y no mi pericia, pero siempre me resultó divertido...
Adhiero completamente a tu manifiesto contra contra los falsos gurúes de la poesía. ¡Pobre de quienes no escriben con el sentimiento!
En cuanto a los derribos, una sentencia hindú, reza: "Cuando te caes, es el suelo quien te ayuda a levantarte." Para pensar...
Besos, Javier.
Buena imagen la de los poetas caídos y erguidos. En España, los bolos podría ser perfectamente el deporte nacional.
Un saludo, Javier
Señor Sánchez, si me lo permite , le diré que yo también fui muy mala jugando a los bolos , tal vez porque mas que pensar en derribarlos, me dedicaba mas a pasármelo bien intentándolo.
Prefiero los juegos de estrategia como el ajedrez ,en tantear mis posibilidades de juego y las de mi contrincante y llegar a conseguir un jake mate honorífico.
Y para ello no todos pueden conseguirlo, pero reconozco que soy buena en ello...
lo mismo pienso de la poesia...
"una cosa es querer y otra poder " , y el poder solo será regalo para unos pocos privilegiados que nacieron con ese don (donde le incluyo a usted), aunque muchos siempre tendrán el placer de querer ( donde yo me incluyo)...pero deberan de ser honestos y admitirlo, que nunca pasaran de ahí,y no es deshonra , solo es cuestión de ser digno de dicho don.
Indudablemente , los buenos como usted , ni la inercia se dignaria a meramente tocarlos.La inteligencia es algo que no se puede esconder y un buen poeta siempre se vera a leguas.
No deberia de existir la envidia, seria un insulto a la propia poesia.
Un Abrazo ,Javier.
Pues nadie como Pedro Picapiedra y Pablo Marmol para enseñar a jugar a los bolos....
De todas formas...para tirar los bolos, hay que bajar mucho....casi pegando al suelo...y eso me parece que a los poetas no les va muy bien.
Besos, de lunes, lunero, cascabelero, de Febrero Carnavalero.
Resistir, hacerse a un lado, plantar cara a la bola, dejarse derribar y luego levantarse con dignidad torera...Hay muchas opciones, cada uno escoge la que quiere o la que le dejan.
Un beso
Es cuestión de equilibrio...
JAVIER:
Pos si te vas a Londón, no t'hacen farta los bolos, sino saber cazar zorros, jugar al polo y al críquet, cambiar los poleos por tés, beber cerveza negra, dejarte los MM y decir con acento de Cam-brid-je: oh, may gud, Gibraltar espanish and fáquin for everybodi, di sis de milk.
Salu2 derribados (tú sabrás lo que haces, masho, pisha, juevetes)
Una maravilla Javier, saber llegar a ti es puro placer.
Besos.
Si han de ser derribados, se dejan, con coherencia. Siempre sabiendo que alguien mejor les apasiona.
No sirven los imitadores, los soberbios, aquellos que dicen o escriben unas cosas y hacen otras, los mentirosos de carácter, los que poseen hasta diez personalidades diferentes, los que no tienen vida, en definitiva, los no poetas.
(...)
Caigo a los pies de estas palabras... y ojalá nos derribaran así, más frecuentemente.
Saludos.
¿Y eso?
Grande Liliana.
¡Es el suelo!
Un abrazo Miradme.
Un fuerte abrazo Vicky.
Gracias.
Son muchas las opciones Marisa.
Un abrazo.
Siempre equilibrio Veridiana.
¡Y tengo tan poco!
Un abrazo Diego.
(Por cierto, en London, bolos a mantas)
Gracias Lourdes.
Gracias Ana, muy amable.
Es lo que hay Mery.
No puede haber otra cosa.
Gracias.
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