DECÍAN que había una puerta y detrás de ella otra. Y así hasta siete puertas que permitían o no permitían el paso hacia la realidad. Decían que todos podíamos hacer lo que queríamos hacer y era mentira, nadie lo conseguía. Y así pasaron los años y los días. La séptima puerta es la que debemos pasar para que nadie nos engañe, para que nadie haga de nosotros lo que no le gustaría que hicieran con ellos. Todos los políticos, de izquierdas, de derechas, de centro, de todas las condiciones, clases e ideologías, nos engañan. Ellos, esos políticos que gobiernan y son inútiles para la sociedad (porque son incapaces de hacer nada) no pueden pasar siquiera la primera puerta.
Publicado en este Cuaderno, en la etapa anterior, el 20 de enero de 2.009. (Modificado).