jueves, 29 de octubre de 2009

Celso Pareja-Obregón



Celso fue un hombre bueno. Aristocracia sevillana. Puertas abiertas. No creía en las clases sociales, defendía el valor del ser humano independientemente de su origen y semejanza.

Celso vivió muchas anécdotas.

Una le ocurrió estando en la finca La Pilarica (Gines) (actualmente Urbanización La Pilarica) y siendo adolescente en la temporada de primavera, antes de irse a veranear al Hotel Playa de Cádiz donde se pasaba cerca de 3 meses y, acto seguido, a Lanjarón hasta la llegada del frío.

Lo cierto es que entre él y sus hermanos tenían que organizar un festival benéfico en la plaza de toros que existía entonces y como reclamo, llamaron a Pepe Pinto, en aquellos momentos era una gran figura del cante. Llegado el día y estando la plaza a reventar comienzan a ponerse nerviosos porque el tal Pepe Pinto no aparece (entonces no existían lógicamente los móviles. Más tarde Pepe les comentó que había tenido un percance con el coche que lo traía).

De modo que la gente empezó a cabrearse y ellos no sabían qué hacer, y de pronto y en vista de que algunas personas comenzaron a tirar almohadillas y a levantarse, a Celso no se lo ocurre otra cosa que salir fuera y decir que Pepe Pinto acababa de llegar.

El resto de los Pareja-Obregón le dijeron "Pero ¿estás loco? ¿Dónde coño está Pepe? ¿Qué vamos a hacer?" -"Nada (dijo Celso) todo está solucionado; acabo de hablar con PEPE EL PINTOR que canta maravillosamente y le ponemos el sombrero de ala ancha con su traje de corto, le acompañamos con la guitarra y ¡asunto solucionado!".

Manolo Pareja Obregón se quedó pensativo y le dijo "Pero Celso ¿Y si ven que no es Pepe Pinto?" "Pues nada hombre ¿Qué diferencia hay entre Pepe Pinto y Pepe el Pintor? Ninguna. Les decimos que el que ha puesto el cartel se ha equivocado y que el que tiene boca se equivoca."

El tal Pepe el Pintor cantó de muerte de bien y Juan de Dios Pareja-Obregón que tocaba magníficamente la guitarra le acompañó de manera formidable.

¡Todavía no saben si alguien se dio cuenta o no. Nadie protestó!


28 comentarios:

Anónimo dijo...

Sir,
Genial anécdota, me ha encantado. Al final si la gente canta y canta bien, pues da igual. O no, pero cuela y se sale del apuro, que es lo que cuenta. Hay que ser personas de recursos, con recursos variados (no en el sentido de financieros, no va de eso) como el tal Celso.

Hala, good night, que roa Vd. bien las páginas, incisivos primeros y molares después, pasta de papel y letras siempre.

M. Q.

Vicky dijo...

Es una anécdota maravillosa , por supuesto la vida esta llena de grandes figuras del arte y muchas de ellas permaneceran toda su vida en el anonimato , triste pero real como la vida misma.

Deberian de existir más oportunidades del destino , seguro que relucerian esplendorosamente muchos mas " Pepe el Pintor".

Un Beso.

mangeles dijo...

Y esos Pareja-Obregón serán familia del Pareja-obregón torero y visitante de la prensa del corazón...?no¿

Besos.

Capitán dijo...

Al final la gente ve lo que quiere ver, o se conforma con pan a falta de tortas.

Buenísimo

Dyhego dijo...

JAVIER:
Se nota que el tal Celso era hombre de recursos (crematísticos y prácticos).
¡Quién fuera rico para pasarse tres meses en un hotel de playa y otros tres en un hotel de montaña!
Salu2

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Que bella narración Javier... Esto me hace pensar..., que es cierto nadie es imprescindible.

Besos y amor
je

Juan Antonio González Romano dijo...

Seguro que entre el público había muchas ternillas de primera calidad, y así cualquiera...
Un abrazo

Olga Bernad dijo...

Y no saben la suerte que tuvieron: a Pepe Pinto podrían -seguramente- verle cantar en otra ocasión. Pero esa actuación exclusiva de Pepe el pintor, no la vio cualquiera, sólo unos pocos elegidos por las circunstancias.
Eso es darle la vuelta a la tortilla de la vida al vuelo;-)
Sabiduría y buen humor. Recursos.
Abrazos, gaditano.

maile dijo...

Es que hasta para mentir bien hay que tener muuuuucho arte. De lo contrario sólo sería eso... una mentira.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Letras siempre, Majestad, ¿o debo decir Firmín?

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Vicky, ojalá podamos conocer algún día todas las anécdotas que por ahí circulan.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Son todos familia, Mangeles, todos.

Una familia de grandes artistas.

Saludos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Es la moraleja Capitán, gran moraleja.

Saludos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Lo mismo digo Diego.

¡Te has fijao en ese gran detalle!

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

¡Cuánta razón tienes Sede!

Así es la vida.

Un fuerte abrazo.

Marisa Peña dijo...

La anécdota es genial.Vida en estado puro.La verdad es que si piensas en la fonética andaluza todavía tiene más gracia(yo me imagino a mi abuela o a mis tías diciendo "pepe pinto o pepe er pintó"... genial, de verdad)
Un beso

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Pues sí que da juego la ternilla, Juan Antonio, ¿o debo decir José Antonio?

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un fuerte abrazo Olga.

¡Suerte!

Los que estuvieron, disfrutaron.

Gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Maile, arte, en la mentira, es arte en la vida sabia.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un fuerte abrazo Marisa.

Muchas gracias.

Julio dijo...

Magnífica anécdota.
Un monstruo don Celso.

Un abrazo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Y hombre grande de espíritu.

Gracias Julio.

Alejandro Muñoz dijo...

¡Coño, Javier! Por fin alguien con más vacaciones que yo.

Buena la anécdota y muy bien contada.
Hoy recibirás pocos correos.

Liliana G. dijo...

¡¡A eso le llamo salir del paso con arte y oficio!! El mundo es de los que toman decisiones a pesar de las posibles consecuencias... pero las toman.

Genial anécdota.

Besos Javier.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Alejandro, hoy me han escrito muy poco, es cierto.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un fuerte abrazo Liliana.

Mil gracias.

Mery dijo...

El arte de la improvisación en su estado mas elevado.
Un abrazo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Es así Mery, en su mejor estado.

Un fuerte abrazo.