domingo, 4 de octubre de 2009

El poder y la intención



Que la vida es gratis lo manifestamos ayer. Pero ¿por qué es gratis? Porque todo está delante de nuestro ojos, y lo que realmente necesitamos lo podemos coger o dejar sin el valor que consideramos adecuado.

Nos equivocamos, siempre erramos. Si decidimos una actuación hemos fallado, si la rechazamos hemos consumado un acto que podía haber sido. Ninguna de nuestras actuaciones es acertada, porque siempre queremos más, siempre deseamos más. No estamos conformes nunca.

Nuestro error nos delata. Tomar una decisión siempre acaba mal. Pensemos. Nada está delante de nosotros y todo se manifiesta en nosotros. Intentamos variar con un comentario, con una declaración, con una simple elección. Y ese hecho tiene unas consecuencias. Las consecuencias acaban de forma negativa.

¿Dónde y cómo erramos? En los actos. No podemos callar, no dejamos de reír. Podemos cambiar una vida y nunca dejaremos de sentirnos culpables. La intención se ha realizado de forma evidente. Queremos. Deseamos. Pero no conocemos las consecuencias que con ello realizamos.

Es el poder de la intención. Que se realiza sin maldad, sin intención. Pero es un hecho. Se realiza. Y siempre con consecuencias. Pero no podemos callar, estamos vivos. Somos seres humanos y los errores abundan sobre las virtudes, estamos hechos a imagen y semejanza de un único acto, un acto repleto de intenciones. Un acto con poder.

Entonces, ¿somos culpables? No somos conscientes de la culpa. La culpa no es un acto, es un hecho.


34 comentarios:

Capitán dijo...

Javier, culpables del Camino que creamos, ... e inocentes de las infinitas veredas que no recorremos.

Un abrazo

Liliana G. dijo...

No, no... no creo que "siempre" estemos errados, ni que nos sintamos culpables. La culpa es un sentimiento de menosprecio hacia uno mismo, a la falta de convicciones, a la ausencia de una fuerza interior que se manifieste en nuestros actos, a la carencia de nuestra estima y a la sublemación de la estima ajena...

Y es justamente la falta de autoestima la que nos hace creer que estamos errados. No somos perfectos desde el punto de vista de los yerros, pero somos perfectos en la manifestación de nuestros actos, sean estos acertados o no.

Gracias por la reflexión Javier, me encanta, siempre me sirve de disparador para alogar algún disparate... o no :)

Besotes.

mangeles dijo...

Siempre queremos más, y eso nos hace sentirnos vivos. El problema, es que de uno en uno, somos tan poquito...

Aunque en conjunto, "el ser humano", es genial...casi dioses.

Besos de domingo.

Anónimo dijo...

En la balanza del prejuicio que nos hacen los demás, todo se inclina por un acto fallido, aunque el otro lado esté lleno de virtudes y buenas intenciones. Supongo que es cuestión de peso, y un error cuenta mil kilos sobre los aciertos.
Besos.

Anónimo dijo...

Dear Sir,

Estoy totalmente perdida sobre lo que Vd. quiere decir, creo que no le entiendo. Puede ser el idioma, el lenguaje, o mi cabeza bastante limitada.

En cualquier caso, por si va por ahí, ser humano es errar a menudo y acertar a veces. Puede ocurrir que el que más habla o más hace, más posibilidades tenga de errar, me parece.

Y luego además hay gente que no tiene vergüenza alguna o sentido del ridículo, eso último tan español, tan de Vdes. O cuyas expectativas sobre uno mismo son habitualmente bajas. Y otros que lo que no tienen es sentido de (la) culpa propia. Son cosas distintas. Es muy variada la condición humana. Todo es distinto y todo se puede mezclar a veces (mezclado, no agitado, ya sabe Vd, como 007)

Afectuosamente

Mary Queen of Scots

Juan Antonio González Romano dijo...

Los yerros y las culpas, con Mexican mule, son menos... O se sobrellevan mejor.
Un abrazo.

Julio dijo...

La mejor manera de no sentirse culpable es no sentir. Ya lo dijo Bécquer: Cuando siento, no escribo...

Un abrazo, Javier.

Juanma dijo...

Luego no somos culpables.

Muchas gracias por esta entrada, Javier.

Un abrazo.

Joaquín dijo...

En los manuales de derecho penal, se enseña que es culpable el que pudo actuar de modo distinto a como lo hizo (i.e. pudo abstenerse de cometer el acto infractor).

Lo dudoso es que, respecto de todos nuestros actos vitales, podamos realmente actuar de modo distinto a como lo hacemos. Tenemos muchas tenazas físicas y mentales y, como dice San Pablo, no hacemos el bien que queremos y hacemos el mal que no queremos.

Y para terminar este rollo dominguero (estoy viendo el caso, digno de estudio, de Roman Polansky), os regalo parte de la letra de una canción de The Clash:

Should I stay or should I go now?
yo me frio o lo sophlo?
If I go there will be trouble
Si me voi - va ver peligro
And if I stay it will be double
Si me quedo es doble
So you gotta let me know
Me tienes que decir
Should I stay or should I go?
yo me frio o lo sophlo?

Vicky dijo...

La osadía de una palabra no limita la propiedad de la misma.

Toda actuación conlleva un riesgo,estamos coaccionados por una limitación de recursos que nos obliga muchas veces a elegir entre opciones relativamente escasas,pero ello no justifica consumir actos fallados.


Pensamos,elegimos,decidimos,
actuamos...pero nunca coaccionados.

La libertad de uno mismo existe en poder errar..y esa propia libertad te permite volver a intentarlo a sabiendas a priori de poder volver a errarlo.

Pero el poder existe en ti mismo,nadie tiene derecho a enjuiciar una conducta,siempre que no suponga riesgos colaterales a terceros, a salvedad de tu propia conciéncia.

Nunca somos culpables,si se actua sin maldad, y conscientes o no , debemos reconocer que nacimos con ese poder de libertad.

Un abrazo , Javier.

Mery dijo...

Oiga usted: es que me niego a hablar de estos temas si no es en presencia de una copa de vino, o un té, o un lo que sea, pero siempre cara a cara y de viva voz.
Aquí no hay manera.

Un beso

Marisa Peña dijo...

Pero el mayor error sería no haber actuado, dejar pasar la vida por miedo a equivocarnos... Uno tira del carro cargado de culpas, de errores, de ropa usada y palabras no dichas, pero también de sueños y de besos, y de momentos mágicos y de recuerdos impagables.
Un beso

Máximo Silencio dijo...

Cuanto pesimismo Javier, parece que el ser humano esta destinado a equivocarse y a caer, pero... donde esta la luz de la esperanza... Tergiversando unas palabras de Nietzche... “¿Es el hombre?¿Es Dios?”

Un saludo

Olga Bernad dijo...

Bueno, ya he dicho alguna vez que yo me consuelo con un proverbio -creo que chino pero vaya usted a saber- que dice lo siguiente:
"Hagas lo que hagas, te equivocarás".

Inquietantes los chinos, no sé qué beben, pero qué pildora de sabiduría para esas dudas que tanto nos frenan.
Creo que, a pesar de todo, actuar es apostar, y hay que hacerlo. Y luego, saber perder e incluso ganar (mucho más difícil a veces).
Besazo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Pues dicho así Capitán, suena bien.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias a ti por tu álogo Liliana.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Es genial mangeles.

Genial y complicado.

Saludos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Tienes razón Parsimonia. Un error pesa más que un acierto.

Y la vida es un plomo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Afectuosamente y por su álogo.

Un abrazo Mary Queen of Scots.

Pd. ¡Qué arte tienes! ¡Y en domingo!

Javier Sánchez Menéndez dijo...

M M siempre.

Siempre.

Y a la luz de la luna, mejor.

Un abrazo Juan Antonio.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Sentir o no sentir, ¿es eso un dilema Julio?

¿Tal vez es un imposible?

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un placer Juanma, es tuya.

Gracias a ti.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias por el regalo Joaquín.

Muy propio.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Sí Vicky, pero libertad, ¿libertad?

¿Qué es eso?

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Mery, con usted siempre. Siempre.

Esperamos...

Javier Sánchez Menéndez dijo...

No Marisa, actuas, y ...

¡Es una pena!

Y no olvidemos que la pena es agravio.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

¿Quién es Antonio?

Somos nosotros, y aquí puestos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Olga, los chinos son sabios. Ah, y son piedras...

Juan Carlos Garrido dijo...

Si pagámos cada uno de nuestros actos, ¿cómo puede afirmarse que la vida es gratis?

Ni siquiera morirse es gratis; de hecho, los de pompas funebres son algunos de los negocios más florecientes.

Saludos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Pues pagamos con nuestra propia vida, Juan Carlos, es un forma de gratuidad eterna.

Lo de la muerte es cierto, pero más aún lo de los vivos.

Un abrazo.

Vicky dijo...

Ante tu duda , he acudido al diccionario manual e ilustrado de la lengua española (REAL ACADEMIA ESPAÑOLA )

LIBERTAD:Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra , y de no obrar.
//Estado del que no es esclavo , o del que no está preso. // Falta de sujeción y subordinación.

Un placer.Un abrazo.

Alonso CM dijo...

En el fondo estás hablando del mito de Tántalo, esto es, la eterna insatisfacción.
A la cola, Javier.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Vicky.

Lo que siempre me ha gustado de esa defición es "...y de no obrar".

Esa es la libertad.

Eres grande Vicky, muy grande.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Miradme, ¿quién es el último?