lunes, 26 de octubre de 2009

El Prólogo



Me piden que escriba el prólogo a una obra que será publicada en breve. El autor me cita en un café para entregarme un ejemplar del texto y comentar diversos asuntos. Hacía mucho tiempo que no lo veía aunque sí seguía sus escritos. Me hizo ilusión. Un abrazo, tres cigarros y dos mentas-poleos.

Vuelvo a casa con la obra. La leo. La vuelvo a leer. Apuro una copa y friego el vaso. La vuelvo a releer.

No me gusta nada. Nada. Poca literatura y peor convencimiento. Es terrible.

Entonces, ¿qué hago? No puedo escribir el texto. No puedo decir que es malísimo. ¿O tal vez pueda decirlo? ¿Qué pensará el autor? ¿Saldrá el libro con ese prólogo negativo de la nefasta obra? Tengo dudas. ¿Qué puedo hacer?

Se me olvidaba. Me dijo en el café que todos los días leía este Cuaderno. ¿Te has enterado, pues?


28 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Vaya menda estás hecho! En fin... No te preocupes que seguramente te habrá leído. Todos tenemos derecho a "criticar" los trabajos de los otros, incluso a obviarlos y destruirlos si nos apetece. Cuando algo es bueno se nota verdad? Al igual que cuando algo es malo también se nota verdad? Saludos.

Anónimo dijo...

¿Es un texto o una obra completa, es decir, un libro, aunque sea breve?

Vengo a decirlo porque si te leíste la obra completa tomándote solamente una copa...

Yo me hubiese tomado 5 o 6, así, como bien sabes, el alcohol nos hace decir la verdad, "Los borrachos, los locos y los niños dicen la verdad." pues podrías haber escrito el nefasto prólogo para tan nefasta obra.

¿No? Saludos.

mangeles dijo...

Yo no he sido, lo juro...esa obra no es mía.

Besos.

Er Tato dijo...

Con dos cojones.

Un abrazo

Capitán dijo...

Si tras leer la obra fregaste la copa, dilo en el prólogo y que el lector interprete, eso junto con dos mentas poleo dan para "todo un prólogo".

maite mangas dijo...

Yo sugiero esta entrada como prólogo. "From lost, to the river"

Ranzzionger dijo...

Bueno, le puedes decir, como consuelo, que gracias a tu prólogo, va a merecer la pena comprarse el libro. O es que quizás no te guste escribir prólogos y estás aplicando el antídoto para que no te los encarguen.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Pues si no vale, no vale. No hay más que hablar.
Y próloguetes falsetes se pueden escribir, pero si no estás obligado, mejor no hacerlo, que luego te relacionan con malos escritores y se echa el negocio a perder, jeje.
Besos

maile dijo...

Vale... es malo... pero tampoco hay que ponerse así.
Para unos padres, sus hijos no son malos, son traviesos.
Tengo un amigo que cuando nació su tercer hijo lo primero que dijo fué...¡ qúé feo es !. Hoy sigue siendo feo para todo el mundo pero para él es el mejor del mundo.
Supongo que lo del libro debe ser parecido, y posiblemente sea realmente malo, pero para su autor ha supuesto un verdadero esfuerzo y, quizás, al pedirte que escribieras el prólogo, también buscara la opinión de un amigo.
Si consideras que la obra es mala, o no te gusta, debes decírselo, pero no creo que el autor esperara que fuese ni tan "a bocajarro" ni por este medio.
Mejor hubiera sido decirle que lo volviera a intentar,y en privado, no ??

P.D. Tampoco he sido yo

José Miguel Ridao dijo...

Javier, cuando acabes de escribir ese prólogo sería para mí un honor que hicieras lo mismo con un libro mío titulado: "Aquí hay más cuernos que en un puesto de caracoles".

Espero ansioso tu respuesta.

eres_mi_cruz dijo...

ya no, es una lástima, pero... para la próxima vez...
algo precioso en estos casos es un impetuoso y sentido beso en la boca... haciendo presa por el cogote a dos manos... con barba es mucho más contundente...
me has roto el corazón...
no te impacientes que seguro tendrás otra oportunidad...

Anónimo dijo...

Sir John,

Me ha puesto triste esta entrada suya, la verdad.

Vd. sabrá mejor, no tengo duda alguna, de la situación, del autor, del texto, etc.

Pero decir estas cosas aquí y que el interesado se entere así, a lo burro y en público, de esta manera, me parece a mí que le va a provocar más dolor a él -un dolor innecesario, creo- que si Vd. se lo hubiera dicho en privado. Él lo puede sentir como una traición, aunque no sepamos su nombre, o como que Vd. no tiene el valor de decírselo a la cara.

¿Decía Vd. que le hizo ilusión verle de nuevo? Pues sólo por eso, no sé... perdone, es que no lo entiendo.

Me parece un poco cruel, la verdad.

No sé, quizás no lo he sabido ver o entender, o esta entrada no va de lo que va, puede ser.

Creo que no se debe escribir un prólogo ni nada de algo o alquien en lo que o en quien no se cree, que no convence. Antes negarse que hacerlo de modo falso o que mentir, eso jamás.

Pero pienso que siempre habrá personas que lo quieran hacer, que les guste el autor o el libro, pienso, habrá a quienes les guste ¿no? y puedan hacer un prólogo adecuado.

Discúlpeme Vd, pero el dolor innecesario es eso, innecesario. Y los escritores, los poetas, etc. son muy sensibles, pueden serlo.

La gente pone mucho en un libro, en la escritura, sea buena o hasta mala. Que además es muchas veces opinable, va en gustos.

Sir John, Vd. es un Sir, Sir John Caletta, de Cádiz, nada más y nada menos, creo ¿no?

Es Vd. mucho más hábil y mucho más cálido para dar una respuesta, zafarse y queda como lo que es: un señor. Y no es por señorío, de verdad, eso es lo de menos, es por no hacer daño.

Pues eso, perdone que le recuerde el título que le honra y este álogo tan largo, es porque la aprecio ¿sabe?

Venga, un abrazo fuerte y a sus pies. Lo cortés no quita lo valiente.

María R.

Joaquín dijo...

Amigo Javier... ya que me prologaste un libro (y de manera fabulosa), puedo decir, y digo... que los prólogos son un verdadero arte, cuyo alcance es un valor convenido para autores y lectores. En mi experiencia de "prologado", he pretendido dar voz en mis libros a personas que merecen mi aprecio, pero no para que ensalcen mi pobre obra (que realmente no necesita de introducciones para abrirse paso). Hay muchas cosas que decir en un prólogo, sin necesidad de ofender al autor, como ya se ha dicho. En cierto modo, el prologuista amical suspende su juicio crítico, digo yo.

Un abrazo.

Joaquín dijo...

(no soy supersticioso, aunque he visto que mi comentario hacía el número 13).

mangeles dijo...

No he sido yo...pero me hubiera encantado serlo ehhhh....que es mucho mejor, escribir un mal libro, que no saber escribir tres líneas, como me pasa a mí.

Y a mí no me imporaría que tú escribieras el prólogo, Javier....

Además...después de este post...si yo fuera el autor del libro, te rogaría que escribieras ese prólogo diciendo todo lo que sinceramente piensas del libro. Incluídas las críticas.

Aunque claro...yo no soy la que se ha tirado meses escribiendo.....

Ainss que vida más difícil.

Más besos

Vicky dijo...

Tal vez mi opinión no tenga valor , pero ante todo siempre es sincera y con respeto.Tal vez son valores que me inculcaron y de los cuales me siento orgullosa.

A mi me gustaria saber y poder escribir , aunque fuera mal , aunque solo fuera para que me leyera una persona , ya seria gratificante a nivel personal.

No creo que haya sido muy oportuna tu respuesta darla por el blog,creo que esa persona si es amigo tuyo , se merecia que se la dieras en persona y en privado.No pretendo que te sientas mal , pero pienso que tal vez a esa persona no le haya sentado muy bien , aunque no sepamos quien es.

Siempre me gusta dejar un toque de mi sentido de humor , pero creo que se me a agriado y que hoy estaria fuera de lugar en esta entrada .

En fin...de todas maneras cada uno tiene su propio carácter y es difícil que cambie.

Un Abrazo.

veridiana dijo...

¡Tienes suerte que lea este cuaderno...!jeje

Un abrazo

Paloma Corrales dijo...

Una vez fui a una cata de vinos con gente que supuestamente entendía del tema. Cuando le tocó el turno a un vino no muy bueno, los “entendidillos” empezaron a hacer comentarios jocosos y el sumiller muy serio dijo: - por el hecho de ser vino ya merece un cinco, no entiendo la razón de las risas.

Supongo que esta conclusión es aplicable a todos los ámbitos de la vida que requieran un proceso de elaboración y esfuerzo.


Un abrazo Javier.

Dyhego dijo...

JAVIER:
O sea que me diste cinco abrazos que me dejaste el esternonosequé hecho polvo, que te pagué las dos mentapoleos más cinco mexicanmules -que todo hay que decirlo-, que te invinté a ocho cigarrillos, ¿para esto? ¿para decirme que no te ha gustado mi libro?
Mal amigo. ¡Lanzaré álogos subversivos contra tu bitácora hasta que consiga que te declaren personna non grata per saeculum saeculorum en Kái!
¡Cría amigos para esto!

Píramo dijo...

No sé si el artículo es real o una ficción literaria. Si es real, no era este el sitio de hablar del asunto. Si es ficción, has provocado una buena polvareda entre los ingenuos de tus aloguistas. Las críticas sinceras son las mejores, incluso las implacables como ésta. Pero en privado. Como juego literario y como punto de partida para una reflexión, está bien. Como situación real es algo desafortunado.

Juan Antonio González Romano dijo...

¿Te acuerdas de la anécdota que te comenté de Hipólito G. Navarro? Presentó públicamente un libro que no le gustó y así lo dijo ante el auditorio. Imagínate el cabreo del autor, así afeado en público.
Al menos, aquí se mantiene el anonimato del presunto autor.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Buenas noches a todos.

Hoy no comentaré los álogos. Os reemplazo a la entrada de mañana:

"¿Qué pasó con el Prólogo?".

Muchas gracias.

JESUS FIDELIS dijo...

Jaja, la sinceridad os hará libres.
A veces un blog es un perfecto tablón de anuncios.
Perdón por la risa sincera...a alguno maldita la gracia que le hará.

Julio dijo...

Joé

Alejandro Muñoz dijo...

Prológalo, Javier. Tampoco está bien meterte en un compromiso sin asegurarse primero de que estés en sintonía con su obra.
Prológalo, Javier, que no será la primera vez que te lea repartiendo leña en un prólogo.

Tisbe dijo...

Una manera poco sutil de decirle lo que piensas de su texto al autor (suponiendo que la situación sea real). En cualquier caso, es un ejemplo de una situación ciertamente comprometida. Esperaremos a mañana para saber la continuación. Un saludo.

Liliana G. dijo...

¡Menudo problema! ¿Qué hacer? Herir susceptibilidades a veces tiene un alto costo y más si se te lee en esta página... ya se habrá dado por enterado y estará "en garde"...

Cariños

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias de nuevo a todos por vuestros álogos.