LA FIEBRE hace
que tenga la cabeza en su sitio, que descubra, que impresione con actos a los benevolentes.
La fiebre es la distancia que separa el cuadro de la pared, la verdad del
olvido, la realidad del odio.
Cada día soporto menos a los poetas, a todos los que escriben, a los impresionistas. La mentira del acto es la sangre del cuerpo, la propia complacencia.
Deseo apartarme
de todo cuanto me rodea, de lo cierto y lo incierto, de los nombres propios y
de los apellidos. Sin lujuria se ve mejor el mundo, es la gran transparencia,
la verdad, lo cierto.
Un hombre debe
ser siempre hombre. Leer los libros que le llenan, dejar a un lado la mentira
que rodea a la literatura, todo es hipocresía. Falsedad, mundano encogimiento
de los no sinceros. El yomimeconmigo, la culpa, lo improbable.
Falserío, se vive en falserío. Una nube, la encina, un pilón
que arroja el agua que no le satisface y la vuelve a limpiar para expulsarla,
un mundo de encogimiento. Silencio y soledad. ¡Qué se mueran todos los poetas!,
uno mismo.