lunes, 12 de octubre de 2009

El grado de coherencia (II)



Pero Bloom no soportó la pregunta con resignación. Ni siquiera mantuvo el orden establecido, ni los pactos de autor que circulaban en su mundo. Los mandamientos de los autores, de los editores, de los críticos. Tampoco tuvo en cuenta la opinión de lectores que confirmaban lo que todos sabían.

Estaba cansado. Creía que todo era injusto y nada verdadero. Pero en ese momento descubrió que su vocación era irremediable. Y que escribía para él. Lo demás es eterno. Y la coherencia dejó de tener grado, para ser fogonazo.


28 comentarios:

Anónimo dijo...

La coherencia empieza por el mayor respeto a uno mismo. Lo demás no importa más.
Besos.

Vicky. dijo...

Pienso que el amor propio es el mayor grado de coherencia de uno mismo , lo demás puede quedar desplazado relativamente a un segundo plano...hasta el cansancio.

Un Abrazo.

Liliana G. dijo...

La coherencia de lo incoherente entre escribir para uno mismo o para los demás, sería que el escritor, en el primer caso ni siquiera se podría llamar tal a sí mismo ni lo podrían catalogar los otros puesto que nadie lo conocería, y en el segundo, al escribir para el lector, volvería a cansarse de los mandamientos, las críticas y los comentarios de los demás...

¡Qué lío!

Un beso, Javier.

Julio dijo...

En la escritura, al carajo la coherencia; prefiero la indecencia.

Un abrazo, Javier

Capitán dijo...

Escribir para un mismo es ciertamente difícil, debe ser lo que separa a los genios de los mediocres, y ya no se requiere coherencia.

Un abrazo

Marisa Peña dijo...

¿Escribir para vivir o vivir para escribir? ¿Vivir de la literatura o vivir para la literatura, con la literatura, en la literatura?
Coherencia, honestidad, escribir pese a quien pese, incluso a nosotros mismos...
Un abrazo Javier

Anónimo dijo...

Escribir para uno mismo es el mayor deleite de todos... pero cuando logras trascedender la barrera que te separa del otro ya es otra historia digna de ser explorada. Saludos y un fuerte abrazo. Feliz comienzo de semana.

Alonso CM dijo...

No nos engañemos. Ni los poetas sociales escribían realmente para los demás.

Joaquín dijo...

Sospecho que quien escribe para sí mismo, y no para que le lean, acaba mudo.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Claro,y Óscar Sipán cogió el fogonazo y nos destrozó la lógica mundana. Coherencia con uno,sí señor,que "lo demás es eterno".
Felicidades con saludo,
Izaskun

Juanma dijo...

Qué difícil e interesante cuestión. De entrada, estoy con la opinión de Julio. La indecencia por encima de la coherencia. Pero no creas que estoy muy seguro...nunca lo estoy, ¿por qué iba a estarlo ahora?

(y no te olvides de ese correo que me dijiste, por favor)

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Estoy contigo Parsimonia.

Gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Estoy contigo Vicky.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un lío Liliana.

Pero bueno¡¡¡

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Bueno Julio, ¿y si te dijera que la indecencia únicamente se adquiere con coherencia?

Es así, amigo.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Capitán, siempre se requiere coherencia, siempre.

Es la coherencia de los usurpadores.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Otro abrazo para ti Marisa.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Ladrón.

Buen día, y mejor semana.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Es así Miradme, siempre ha sido así.

Y el que pueda entender... que se levante sin acordarse de nada.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Joaquín, los poetas estamos mudos, debemos estar mudos, no merece la pena malgastar palabras.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un abrazo Izaskun.

Gracias de nuevo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Juanma, no me olvido.

Sobre lo de Julio, hago extensible la respuesta que le he dado a ti también.

Un abrazo de un anónimo, pero bueno.

Olga Bernad dijo...

Coherencia, incoherencia; uno mismo, los demás... al final, escribir es un misterio; si es un extraño deber, al final, tarde o temprano, obedeceremos. Uno no puede traicionarse toda la vida.
¿O sí?

veridiana dijo...

No sabía que moriría de hambre...

Un saludo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Sin traición, no hay creación Olga, hay divertimento.

Es muy serio todo esto.

Afortunada o desgraciadamente.

Un abrazo Olga.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

No digas eso Veridiana.

¿Morir de hambre?

¿Y qué es el hambre?

Un fuerte abrazo.

Mery dijo...

De esta entrada tendría mucho que decir Ortega, siempre abogando por la vocación verdadera del ser humano. Vamos, que de estar vivo, te íba a escribir un álogo de varios folios.
Verdad entre las verdades.

Un abrazo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un enorme placer Mery.

Gracias.