Dice dios que puede aparecer y desaparecer cuando, donde y como desee. Le he pedido que acuda a algún acto en mi lugar y sonría. Pero por favor, le he rogado que no hable. Tiene ese tono de voz entre Jurado y Gamoneda, que a veces asusta.
Hoy he corrido hacia los pájaros. Estaban destrozando los tomates. La vida del hombre se reduce a reír, correr y aconsejar.
Me perdí en la A-472. Iba para la A-477, pero un corte en la carretera hizo que nos desviaran. A la derecha y a la izquierda de la A-472 sólo hay girasoles. Un prado verde, amarillo y rojo. Las amapolas incipientes dan el toque multicultural.
Lara se parece una barbaridad a Cristina Rosenvinge. Y ambas guardan una semejanza con Guadalupe Grande. ¿Hace veinte años, tal vez? Y veintitrés también. La correspondencia epistolar de absurdos. Escribir y escribir para no recibir una respuesta. Ni un mero silencio escrito en folio en blanco.
La música de Lara no se parece en nada a la de Cristina. Lo comercial no quita lo valiente. Recuerdo tantas cosas, en tantos momentos, que he pedido a dios si puede retroceder el tiempo, hacernos regresar a La Rábida.
Dice que no. Perdió su poder cuando decidió bajar al mundo. Pisa el suelo y huele a húmedo.
Los poetas aparecen y desaparecen como el agua en julio. Aunque la realidad dice que el poeta de agua mineral nunca sonríe.
Hoy he corrido hacia los pájaros. Estaban destrozando los tomates. La vida del hombre se reduce a reír, correr y aconsejar.
Me perdí en la A-472. Iba para la A-477, pero un corte en la carretera hizo que nos desviaran. A la derecha y a la izquierda de la A-472 sólo hay girasoles. Un prado verde, amarillo y rojo. Las amapolas incipientes dan el toque multicultural.
Lara se parece una barbaridad a Cristina Rosenvinge. Y ambas guardan una semejanza con Guadalupe Grande. ¿Hace veinte años, tal vez? Y veintitrés también. La correspondencia epistolar de absurdos. Escribir y escribir para no recibir una respuesta. Ni un mero silencio escrito en folio en blanco.
La música de Lara no se parece en nada a la de Cristina. Lo comercial no quita lo valiente. Recuerdo tantas cosas, en tantos momentos, que he pedido a dios si puede retroceder el tiempo, hacernos regresar a La Rábida.
Dice que no. Perdió su poder cuando decidió bajar al mundo. Pisa el suelo y huele a húmedo.
Los poetas aparecen y desaparecen como el agua en julio. Aunque la realidad dice que el poeta de agua mineral nunca sonríe.