domingo, 16 de agosto de 2009

Mármara



El mar en Estambul es una caja de zapatos. Le llaman Mar de Mármara. Siempre lleva el agua en tarjetas de visita, entra por un estrecho y sale en otro.

Allí vivía ahora Nadie. Le habían dicho que podía visitar a Satanás en esa zona, cerca de Dardanelos, y acudió a su encuentro. Estaba asustado pero poco a poco la gente del lugar dejó de intimidarle.

Nadie, que deseaba su propia muerte como la emisión descafeinada de un noticiario en castellano, asentía a toda consulta realizada por los turcos. Asentía con desagravio, no era un desagravio comparativo, sino efímero, prudente. La muerte había sido su segunda casa en los últimos días y no podía ni deseaba dejarla pasar.

Pensar que entre los turcos tu muerte está cerca es como desear la visión de la aurora boreal en Capadocia, sin haber visitado nunca el lugar del nacimiento de los hititas, o haber traducido el Código de Hamurabi. Era la muerte.

Un día informaron a Nadie que Lucifer le esperaba. Fue un encuentro rápido. Apenas sobraron las palabras. No se vende el alma al diablo sin una contrapartida fuerte. Y lo grande aquí era la propia existencia. Una copa de Absolut (Vodka), y una sonrisa vertical para matar el tiempo. El encuentro con dios fue más rico (se decía) mientras Luzbel no apartaba los ojos de Nadie.

Ya no me queda nada, repetía Nadie en voz muy baja, nada. Su vida había dejado de ser suerte para pasar a eterna sombra. Y su cariz, era el propio Belzebú, sin amor propio.

Así fue como todos, dejaron de conocer a Nadie.


28 comentarios:

Liliana G. dijo...

Sigo pensando que Nadie tenía muchas más opciones y que optó por la que le pareció más fácil, no luchar por sus convicciones...

Ponerse en manos de dios, del diablo o de la muerte, es puro facilismo.

¡Vaya con tus parábolas! Te han pegado fuerte... :)

Cariños, amigo mío.

Máximo Silencio dijo...

Estoy de acuerdo, pero cuando las heridas de no tener nada son tan profundas y dolorosas, levantarse es muy difícil.

Hay algo de tí en esa nadie ¿verdad?

Dromo dijo...

el olvido
es la verdadera muerte...

todo pasa factura alguna vez
y el olvido es la peor penitencia

mangeles dijo...

Una copa de Vodka y una novela de sexo de la "sonrisa vertical"...entrañable...

Extraño tipo Nadie...que se enamora del infierno, se encuentra con Dios, y es recibido por Belzebú para la eternidad, y todo eso en TURQUIA...

Díficil de descifrar hoy tú escrito, pero muy bonito.


Un beso, Javier

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Liliana, a simple vista puede parecer la más fácil, pero si lo analizas es la más difícil y complicada.

Ya te lo explico.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Hay todo de mí, Antonio, todo.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Estoy de acuerdo en tu afirmación Dromo.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias por tus palabras MÁngeles. Todo tiene una explicación, y una lógica.

Un abrazo.

Er Tato dijo...

Eso le pasa por ser un don Nadie. Pero vamos, mejor eso que ser un don Cualquiera.

Un abrazo

Olga Bernad dijo...

No sé, a mí se me ocurre que Ulises tuvo que volverse Nadie para vencer a Polifemo, y a que a veces es bueno que nadie te conozca.
¿Recuperará Nadie su nombre? O nada quedará de todo esto...
Un beso preocupado, Javier, me preocupas;-)

América dijo...

Seguro que me voy por otros derroteros...."Sentirse estimulado salvajemente por los efectos del infierno."Es para mi verse acorralado por los remordimientos,nuestra vida es el capital mas importante que tenemos,la muerte es el fin de todo,no hay retorno,ni enmienda, Nadie no está solo aun le queda la vida... Enredada quizás,con algún peso casi insostenible pero vivo.....

Un fuerte abrazo!!!!!.....

Marisa Peña dijo...

El primer párrafo me ha conquistado javier.es una descripción corpórea, me parece estar allí. Si poner nombre a las cosas es una forma de aprehenderlas quitárselo, borrárselo sea quizás la mejor forma de olvidarlas.Un abrazo enorme.

Máster en nubes dijo...

ay, Dios, Javier, perdona porque seguro que no entiendo nada... ¿pero que demonios -nunca mejor dicho- hace Nadie con Satanás que es tan triste, tan aburrido y tan igual habiendo gente interesante y buena? Ni para jugar al mus Satanas...
Como Olga: de preocupar.
Pero en fin, si hay vodka y mar, por lo menos algo bueno.
De verdad, que Nadie se vaya con Alguien y que se ría un poco, no sé, perdón por la simpleza.
Un abrazo, melón
Aurora

MarianGardi dijo...

Seguro que ese encuentro tuvo lugar en el Cuerno de Oro, en el Bòsforo.
Javier, dile a don Nadie de mi parte, que la mejor venganza es el triunfo.
Que comienze ya a moverse y que deje de lamentarse.
Un fuerte abrazo Javier

Joaquín dijo...

En la inquietante película de Rourke y De Niro, El corazón del ángel, Satanás andaba por Nueva Orleans, aprox. Es una película que recuerdo perfectamente (del año 1987) pero es curioso que no me apatecería volverla a ver.

Saludos angélicos

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Er Tato, y quién era don Cualquiera?

Un saludo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Olga la preocupación es el síntoma de la dolencia.

Y la Literatura está por encima de todo.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Otro fuerte abrazo para ti, América.

Gracias.

Nunca te vas por derroteros.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Marisa, ese párrafo es el comienzo de la vida, y nadie se fijó en él.

Gracias, de corazón.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Melón, pero con jamón, Aurora.

La Literatura está por encima de las preocupaciones.

Gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Marian, el triunfo, el triunfo sobre la muerte, gracias.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Joaquín, no me importaría ver la película de nuevo.

Un saludo.

Er Tato dijo...

Entre un don Nadie y un don Cualquiera, amigo Javier, las diferencias son obvias. El primero pinta poco porque probablemente haya tenido mala suerte en la vida. El segundo ha decidido pintar poco para intentar tener suerte en la vida. Es un cualquiera. Tan vulgar y simple como su concepto de tener suerte en la vida.

Un abrazo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Amigo Er Tato, la suerte es un principio de equidad.

Cualquiera o Nadie, son capaces de aceptarlos.

Un abrazo.

Joaquín dijo...

Pues llevas razón, Javier, vamos a perderle el respeto a Lucifer. La película "El corazón del ángel" tiene muchos puntos estéticos... así que, nada más que por eso, también le echaré otra visual. No creo que tenga pesadillas...

Circe La Hechicera dijo...

Hola Javier, leyendo me parece que es un acertijo...
La indiferencia es la peor de las muertes, creo que más que el olvido. La propia existencia era la grandeza de Nadie. Es cierto.
Tu escrito da para mucho, ésta ha sido mi visíon. Me gustó.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un abrazo Joaquín.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Es un acertijo, Circe.

Gracias.