miércoles, 15 de agosto de 2012

Dentro del agua


DENTRO del agua todo se detiene. La realidad deja de ser por un instante sentimiento, interpretación. Los matices se hacen de rogar. Parménides y Heráclito, la conjugación de la poesía perfecta. Lo inalterable siempre será esencia, evidente, centro.

Ser alguien, en realidad, es ser uno y ser universal. Menciono en realidad como causa y efecto. Ser alguien no es anécdota, es caos. Pero caos consecuente.

Hoy la corriente de agua deja llevar sus días grises a la luz del entendimiento. Es la trascendencia. Y seguimos sin ser alguien, sin tocar el matiz que entra por la ventana. ¿Dónde te has escondido? Necesito tenerte para poder ser humanidad, sentido, para dejar de ser anécdota.

Ser uno mismo siempre. Acostumbrarse a ser o a no ser nada. La poesía por encima de todas las presencias. Los presocráticos buscaron el ser, el alguien, lo evidente. Cada uno a su estilo, pero todos en el indudable centro de la humanidad.

Un no sincero acude con su biblioteca en una bolsa: Cernuda, Gamoneda y Luis García Montero. Le acompañan otros nombres. Le pido que se quede un ratito más. Pediré cena para dos. Para el ser y para alguien.