Dicen que se debe hablar. Realmente no es bueno permanecer siempre en silencio. Tanto debemos comentar que a veces dudo si es necesario.
No obstante decimos ¿y debo hablar? Pero no se escucha nunca una respuesta.
Todos callamos. Hasta la propia respuesta, hasta la propia pregunta.
Una vez un señor tenía gran necesidad de comunicar. Salió a la calle para hablar con quien quisiera escucharle. Pero nadie se acercaba. Intentó parar a algún conocido, pero todos tenían prisas. Después de muchos intentos frustrados decidió volver a su casa.
¿Y debo hablar? –cuestionó.
Él también tenía prisas por escuchar una respuesta.
No obstante decimos ¿y debo hablar? Pero no se escucha nunca una respuesta.
Todos callamos. Hasta la propia respuesta, hasta la propia pregunta.
Una vez un señor tenía gran necesidad de comunicar. Salió a la calle para hablar con quien quisiera escucharle. Pero nadie se acercaba. Intentó parar a algún conocido, pero todos tenían prisas. Después de muchos intentos frustrados decidió volver a su casa.
¿Y debo hablar? –cuestionó.
Él también tenía prisas por escuchar una respuesta.
16 comentarios:
Y dale, Javier. ¡Que no hay que hacer tantas preguntas! El que sea feliz hablando, que hable, y el que quiera callar, que calle. Recuerda que el mundo está lleno de capullos felices.
Por desgracia, todos somos hijos de la prisa. Porque ni siquiera callar es ya como antes. Hoy se calla más por ignorancia o sumisión que por respeto a la palabra silenciosa. Un abrazo.
Creo que la prisa y la desidia son nuestros grandes enemigos: aveces no nos acercamos a los demás por falta de tiempo y otras veces por falta de ganas. Si conseguimos vencerlos encontraremos siquiera un pequeño momento para saber estar ahí, y responder, o preguntar, o incluso callar si es menester. Que el silencio, como muy bien apunta antonio sea hijo del respeto o0 la emoción, no la desidia o las prisas.Un besazo
Pues no se debe hablar...No hay una obligación en hablar y transmitir.
Lo que ocurre es que estar en silencio con alguien es muy díficil. Para estar agusto con otra persona en silencio, hace falta mucha complicidad.
Un beso...interesante reflexión Javier
Yo creo que hay que hablar pero con fundamente. la mayoría de la gente habla por hablar pero dice poco. Creo que hace falta dialogo en profundidad y sobre todo hace falta escuchar. La escucha es hoy muy importante. Un abrazo
El siglo XXI, siglo de la productividad, del estres, de la crisis, del dinero... todos adoradores de la prisa. Nadie se parara a hablarte si no le dices algo util. Los útiles materiales viviran, lo utiles espirituales de marchitaran en el olvido...
un saludo javier
No sé si se debe hablar. Yo no soy un hombre hablador, en absoluto. Y, a veces, eso ma hizo sentir incómodo.
Pero el silencio, como dice mangeles, requiere complicidad. Aunque sea el silencio en soledad, que exige esa complicidad tan difícil de uno con uno mismo.
¿Se debe hablar? Bueno, cuando haya algo que decir.
Besos.
Pero en el fondo capullos, Ridao, muy capullos.
No se puede ser feliz y sensible, ¿o tal vez sí?
Hablamos.
Tenemos una pendiente, y a ser posible en el Hotel.
Gracias Antonio, me ha gustado eso de "hijos de las prisas".
Un abrazo.
Un beso para ti Marisa, y gracias.
Pues viva la complejidad mangeles.
Un fuerte abrazo.
Un abrazo para ti Milagros.
Desgraciadamente hay muy, pero que muy poca profundidad.
Gracias.
Y se irán Antonio, y se irán.
Pero el olvido acaba en retorno siempre.
Un fuerte abrazo.
Un abrazo Juanma.
Es necesaria la complejidad hasta con uno mismo.
Es necesaria.
Saludos.
Un poco difícil que yo no quiera o no pueda hablar, hago un mea culpa avergonzada... pues mis palabras suelen salirse de madre, no por su contenido sino por su verborragia.
El señor del que hablás, seguramente no se cruzó conmigo, Javier, que no hay cristo que me pase de largo sin contarme algo...
Las prisas no son suficiente justificativo ni para hablar ni para escuchar. Sé de lo que hablo...
Un fuerte abrazo Liliana.
Gracias por tu consejo.
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