Hay una línea frágil que nunca debemos cruzar. Es la señal de nuestro sentimiento, el final que existe entre una verdad y un corazón. La diferencia entre el aliento y la sonrisa.
Ser discreto no sirve de nada si sueles discrepar habitualmente con todo. Pero el mundo que vivimos no está hecho para cruzar los brazos y esperar la manzana.
Nuestras metas son los cauces de la desembocadura. Y a pesar de ello, todo está prohibido.
Destrozan un camino, una obsesión. Se cargan una vida, para beneficio propio. Es el egoísmo de la sabiduría.
Hoy me ha tocado a mí. Ha llegado la hora. Después de muchos años con la cara de gili, atendiendo, consumando, componiendo, es la hora.
¡Habéis cruzado mi línea! ¡Preparaos, por favor, yo os aviso! ¡Discre(p)ción!
¡Qué conste, os he preguntado cómo os gustan los huevos, fritos, cocidos, revueltos o en tortilla! ¡Qué conste!
Ser discreto no sirve de nada si sueles discrepar habitualmente con todo. Pero el mundo que vivimos no está hecho para cruzar los brazos y esperar la manzana.
Nuestras metas son los cauces de la desembocadura. Y a pesar de ello, todo está prohibido.
Destrozan un camino, una obsesión. Se cargan una vida, para beneficio propio. Es el egoísmo de la sabiduría.
Hoy me ha tocado a mí. Ha llegado la hora. Después de muchos años con la cara de gili, atendiendo, consumando, componiendo, es la hora.
¡Habéis cruzado mi línea! ¡Preparaos, por favor, yo os aviso! ¡Discre(p)ción!
¡Qué conste, os he preguntado cómo os gustan los huevos, fritos, cocidos, revueltos o en tortilla! ¡Qué conste!
18 comentarios:
Javier, con pimientos, siempre me han gustado con pimientos, y discre(p)ta, por favor.
¿O es discre(p)ciona?
Ahhh¡¡¡ que es todo literatura....juer con los poetas. Vale
A mi los huevos me gustan fritos o en tortilla de patata.
Besos, Xavier.
Pues a mi que me den los huevos, siempre, en buena compañía. Y la mejor es el colesterol en su más alto grado... con patatas, chorizo, mayonesa, una buena chuleta...
Con los huevos, el colesterol es esa línea prohibida que me deja sin aliento pero con una inmensa sonrisa, que me destroza el estómago y que no me garantiza ser más sabia. Pero ¡ cómo me gustan!.
Esa línea la cruzo de vez en cuando.
Estimado Don Javier, parece que el viento no sólo le dió dolor de cabeza.
Me apunto a tirarle huevos a quien sea. Debe de ser animoso.
A mí los huevos me gustan muy, muy pegados. Imagínate a dónde...
Un abrazo.
Pues a mi fritos, y con patatas. Besos.
¡Qué se jodan los feos, Javier!
Buenos pimientos, rojos, hermosos, y encima un buen par de huevos...
Capitán, siempre (p).
La Literatura de la tortilla Mangeles.
Maile, muy aguda, mucho ingenio.
Me dio dolor de todo¡¡¡
Gracias.
José Alfonso, más que tirar, comer.
Octavio, pegados a la sartén, chaval¡¡¡
Un abrazo Mirambella.
Y que se frian, Alejandro.
He leido no se dónde, que el escritor no ha de bajar mucho la cabeza para escribir, para no verse el ombligo.
Es bueno ¡eh!
Muy bueno Marian, muy bueno.
Un abrazo.
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