Juana era la tía de mi padre. Habitaba el ala sur del caserón de Marqués de Comillas. Enviudó joven y desde entonces su compañía eran las monjas y los árboles.
Cuando tuve tres años organizó una boda. No conocía a la novia, y fríamente, sigo sin conocerla. En el patio de pilistras y naranjos y bien caída la tarde, aquello era una mezcla de sacramentos irrenunciables.
Pantalón corto, pelota en mano, y ella con muñeca antigua. Más que una boda parecía un desfile.
Nunca entendí esa boda. Intenté recordar y escribí varios poemas. Nunca la comprendí.
Mi tía falleció hace muchos años, con el mismo moño blanco y las horquillas saliendo del cabello, queriendo escapar de la vejez. De luto riguroso tenía la tez muy clara, y los mofletes rojos, sana como una pera su vitalidad era una adivinación.
Me acordé de la boda en los camerinos, cuando tocaba el bajo. Pasé a la Custom. Más eléctrica, más tocable, más sacramental.
Cierro los ojos y observo a mi padre comiendo cañaillas. El ritmo del bajo hace que vuelva a cerrar los ojos. El sentido de ritmo, el tono, la esperanza. En el fondo un verso es la consecución de notas musicales. Y un poema es la canción de nuestra vida, de la boda que nunca existió por los juguetes.
Cuando tuve tres años organizó una boda. No conocía a la novia, y fríamente, sigo sin conocerla. En el patio de pilistras y naranjos y bien caída la tarde, aquello era una mezcla de sacramentos irrenunciables.
Pantalón corto, pelota en mano, y ella con muñeca antigua. Más que una boda parecía un desfile.
Nunca entendí esa boda. Intenté recordar y escribí varios poemas. Nunca la comprendí.
Mi tía falleció hace muchos años, con el mismo moño blanco y las horquillas saliendo del cabello, queriendo escapar de la vejez. De luto riguroso tenía la tez muy clara, y los mofletes rojos, sana como una pera su vitalidad era una adivinación.
Me acordé de la boda en los camerinos, cuando tocaba el bajo. Pasé a la Custom. Más eléctrica, más tocable, más sacramental.
Cierro los ojos y observo a mi padre comiendo cañaillas. El ritmo del bajo hace que vuelva a cerrar los ojos. El sentido de ritmo, el tono, la esperanza. En el fondo un verso es la consecución de notas musicales. Y un poema es la canción de nuestra vida, de la boda que nunca existió por los juguetes.
28 comentarios:
Me ha gustado mucho lo del poema q es la canción de nuestra vida...
un beso!!
Extrañas bodas.
Pareces triste al recordarla mientras tocabas el bajo. Cerrar los ojos y pensar en música.
Buenas noches, gaditano.
Pilistras y cañaillas, ¿que son?
Tu tía me ha recordado a otras tantas. Las tías viudas o solteras eran una institución antes. Un fuerte abrazo, estos recuerdos me gustan.
Aurora
Un abrazo Siab.
Muchas gracias por el álogo.
Buenas noches Olga.
Desde luego. Siempre que la recuerdo, tal vez por mi falta de conciencia, acabo triste.
¡Es la vida!
Gracias.
La pilistra es un arbusto macetero del Sur.
La cañailla, está muy buena, muy buena. Con un poquito de limón, y fuera de su concha.
Un abrazo Aurora.
Me has llenado el alma de niñez y me ha encantado conocer a tu tía Juana acompañada de árboles y monjas y vitalmente adivinada.
Mi admiración.
Con su permiso Sánchez san , precioso homenaje a su tía , me trae recuerdos tambíen .
La vida es poema ... bello , bello sentir ,vivir y amar .
Rosna
Yo iba a preguntar lo mismo que Aurora jejee, así que ya no pregunto.
No acabo de pillar "el fondo" del texto.
Creo que las bodas en una casa eran algo muy excepcional. Supongo que era una familia muy acaudalada, porque los sacerdotes se negaban a dar los sacramentos fuera de las iglesias (a no ser claro a enfermos o difuntos).
Lo que sí se puso de moda por aquellas fechas, eran las comuniones en las casas adineradas. Yo cantaba en el coro de la iglesia y tuve que ir a cantar a una, y vi por primera vez en mi vida, claveles azules...fué maravilloso...me encantaron.
Besos.
Pd.: Eras tú el del pantalón corto?
Últimamente parece que le asaltan los recuerdos, mi querido Javier, y le dejan un tanto melancólico.
Los recuerdos forman parte de nuestra sabiduría y la melancolía puede dar a la pluma un brillo especial y hermoso.
Me gusta usted cuando recuerda.
Besos.
JAVIER.
No entiendo el texto, lo siento.
Salu2.
¿Qué es una "cañailla"?
¡Cuánta razón tienes en que un poema es la canción de nuestra vida!
Un abrazo.
P.S. Mira que no saber éstos qué es una cañaílla... Diles también qué es un cañaílla.
JAVIER:
Ya me he informado sobre las pilistras y las cañaíllas.
Sigo sin entender quién era la novia: ¿tu bitía Juana? ¿Otra señora de la familia?
Salu2.
Una vez me invitaron a cañaillas (lo llamaron de otra forma pero no sabría decirlo; y me comí dos por educación).
Salu2
¡Ya he encontrado el fondo¡ Literatura, todo literatura...
Lo siento, es que me lo creo todo..joo
Más besos
Ya veo que cuando la música se enreda entre las cuerdas de un bajo, surge la nostalgia del pasado...
Una boda sin nombres es el perfecto ardid de la memoria para volver siempre sobre aquella imagen.
Vida, muerte, esperanza... son parte del mismo poema.
Besos, Javier.
Muchas gracias Paloma.
Un abrazo.
Gracias Rosna.
Un enorme placer Yuriko.
Era yo, Mangeles, era yo.
¡Aquellos años inciertos, donde vivir era un arte!
Un enorme placer Maile.
Gracias.
Diego, ¿ya?
¡No hay que ser malo José Miguel!
¿Vale con ser cabrón?
La novia era una niña de tres años, y yo era el novio.
¿Ya Diego?
Mangeles, es Literatura, y verdad.
En los recuerdos, todo es verdad.
Gracias.
Había nombres Liliana, uno era el mío, del otro, ni me acuerdo.
Un beso.
JAVIER:
Gracias.
A veces se me pega la espesura de los alumnos, jejeje (de alguna forma me tendré que justificar ¿no?). A veces, el contacto con los niños te deja "tocao del ala". Cuando mis hijos eran pequeños... iba a soltar un rollo, pero te lo ahorro.
Por cierto, echo de menos aquellas entradas que hacías del niño que perdió a sus padres.
salu2 y suerte en tus próximas corridas... (literarias)
JAVIER:
Gracias.
Había escrito un álogo anterior a este pero se fue al carajéter.
Salu2.
¡El éter es tan potente, Diego!
Gracias, siempre literarias.
Un abrazo.
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