El pobre hombre creía que sus hijos le iban a seguir queriendo igual que antes. ¡Ignorante!
Ahora, con la fotocopia del Libro de Familia en la cartera, como recuerdo de una porción de vida, se dirigió a la cita con el gerente de Mármoles Herrera. Su próxima inversión sería un enorme panteón en el campo santo.
Un reducto de mármol con aseo incorporado. Quería que quien pasara por allí pudiera hacer tranquilamente sus necesidades sin obligación de caminar un buen trecho.
Tomó la copia del Libro de Familia, y no la puso junto a su corazón, en el bolsillo. Bajó su portañuela y la incluyó en el gallumbo de su alma.
Nunca la vida se prestó a tanto evento fácil.
Ahora, con la fotocopia del Libro de Familia en la cartera, como recuerdo de una porción de vida, se dirigió a la cita con el gerente de Mármoles Herrera. Su próxima inversión sería un enorme panteón en el campo santo.
Un reducto de mármol con aseo incorporado. Quería que quien pasara por allí pudiera hacer tranquilamente sus necesidades sin obligación de caminar un buen trecho.
Tomó la copia del Libro de Familia, y no la puso junto a su corazón, en el bolsillo. Bajó su portañuela y la incluyó en el gallumbo de su alma.
Nunca la vida se prestó a tanto evento fácil.
22 comentarios:
Decidídamente, Javier, somos ridículos, o: tó, pa' ná.
el pobre hombre pensó que allí habría para los restos un guardés al que pedirle la llave para mear... lo raro es que no pensara en poner una recepción con bandeja de caramelitos verdes muy chicos...
un día un paseante se acercó al reducto... simple curiosidad o...
mirada a izquerda, mirada a derecha...
dirigió el chorro al mármol de Herrera... liso, resbala y no hace ruido... pero sobre todo no salpica el camposanto sobre los zapatos... ¡lagarto, lagarto!...
porca miseria.
¡Hay que tener pocas ganas de vivir¡ para gastarse la pasta en un "aseo" para los visitantes de los muertos.
Que extraños comportamientos...que no cabe duda que están enlazados con la pobreza, la miseria, la desesperanza...porque cuanto más ricos y mejor vivimos, más lejos estamos de los dioses, y de la diosa muerte, a la que miramos más de frente, y de tú a tú.
Besos
Sir,
Me ha dejado tristísima esta historia. Y no es por la muerte, o sí, no sé, en fin, qué es muy propia de noviembre. Anda que hablar de rentabilidades en el cementerio tiene delito, pero si hay que entrar en esto se entra.
Al final quizá el retorno de algunas inversiones importantes que se hacen con la vida no se vea a corto sino a largo plazo, cuando pasa mucho más tiempo. Quizá hay que tener algo más de paciencia y no mover el dinero de donde está. A veces el dinero está bien donde está aunque no se vea que renta, inmovilizado que no quieto. Las cosas se mueven despacio a veces y en lo subterráneo, aunque nos desespere o nos duela.
Bueno, eso, que me ha dejado chafada. Qué poder el de la literatura oiga.
Yours
En el fondo no aspiraba a nada a lo que no aspiremos todos, a ser recordado un poquito, unos lo hacemos de una forma, otros de otra, ... Pobre hombre, falló en las formas, ¿pero lo hizo en el fondo?
Ja ja ja.
Hay que ser prácticos y no poner tantas expectativas en los hijos, que al igual que los padres suelen defraudar con frecuencia.
Besos.
Me encanta que hables de economía, Javier. Lo del gallumbo del alma me ha parecido una genialidad.
Un abrazo.
JAVIER:
Describes situaciones tan absurdas, que dejas en mantillas a los vanguardistas de aquellos movimientos.
¡Qué perplejidad!
Por cierto, "gayumbos" lo he visto escrito con "y" y con "ll".
Salu2
Tiene guasa la dichosa inversión. Y tan contentos, es un decir, nos pasamos la vida pagando algo que a la postre no disfrutaremos... y los demás tampoco porque, al fin y al cabo, para muchos sólo supone una visita una vez al año y a regañadientes.¡ Cómo para pensar en usar el aseo!
De todas formas no sé si este señor tenía el alma un poco descolocada o se pasó "por el arco del triunfo" el supuesto, y eterno, cariño de sus hijos. Es una duda.
Hay que ver las cosas que se le ocurren, señor Javier.
Un panteón así, con trono incluido, haría las delicias del señor Ridao, voto a tal.
Ay, los gallumbos del alma, qué bueno.
Un abrazo.
Joder que historia. Triste y casi macabra. Besos.
No Joaquín, somo reales, nada más.
Un abrazo.
Eres, lagarto, lagarto.
Un abrazo.
Gracias Mangeles.
Un abrazo.
Majestad, alegría y a mucha honra.
Siempre.
Buen viaje por las tierras del Sur, y nada de abrigarse eh¡¡¡
Creo Capitán, que acertó en las formas, y en el fondo.
Es siempre así, Parsimonia.
Un fuerte abrazo.
A tus pies Ridao.
Un abrazo en la economía.
Con los dos Diego, y no sé cual es la válida.
Un abrazo.
Hay que ver Maile, hay que ver¡¡¡
Un abrazo Juan Antonio.
Alegre Mirambella, es alegre, es real.
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