Decía una vez un poeta que la verdadera historia del hombre solía esconderse en los más ocultos cimientos de la naturaleza. Y ese hombre, y poeta, no entendía para nada de filosofía.
Ocurre que la verdad nunca será establecida, ya que nos limitamos a creer que siempre llevamos razón, y lo que hacemos, decimos o escribimos es cierto y riguroso.
Nada es más falso que la propia condición. El hombre no existe, es una mera evidencia. Hay que mirar más allá, con los ojos de la certeza.
Ocurre que la verdad nunca será establecida, ya que nos limitamos a creer que siempre llevamos razón, y lo que hacemos, decimos o escribimos es cierto y riguroso.
Nada es más falso que la propia condición. El hombre no existe, es una mera evidencia. Hay que mirar más allá, con los ojos de la certeza.