Y a mí que todo esto de los indignados me huele a Rubalcaba. La verdad. Cuando ya empiezan con organizaciones dentro de las organizaciones, y alegatos a los alegatos, malo. Es lo que pienso, ustedes disculpen. Ya dice mi madre que soy muy bruto. Pasó con el 11-M. Y ahora con los indignados.
Fíjense. Dicen las encuestas que el PP arrasa. Y el único perjudicado de tanta indignación es el PP, y la jornada de reflexión. El PSOE no pierde nada, pues el que no le iba a votar, no lo va a hacer.
Ahora la política se ha convertido en cabeza de turco violento. Pero una violencia con redes sociales. Ya han empezado a organizarse, y se van extendiendo por las capitales de provincia de este país, más muerto que vivo.
Una forma de parar tanto descalabro. Y tendrá consecuencias. Muy graves. Y yo que al principio me sentía identificado con eso de abajo los políticos, los banqueros, los sindicatos. Y dentro de nada (no lo olviden) los políticos, los sindicatos y los banqueros con el carnet del PSOE más grande que el reloj de la plaza, estarán con ellos en la sombra siniestra de la mediocridad.
¡Qué mal pensado soy! Pero cuánta razón tengo, señores.