jueves, 12 de mayo de 2011

Tres



Te he visto primero. No digas tonterías ahora, vamos, deja de justificar una acción que ni siquiera has intentado. Ya verás cómo me olvidas. Te he visto primero pero no has hecho caso. Has pasado de largo, sobraba lo demás. Diego Cantero dice que me olvides. No será difícil. Una simple impresión en el telediario y cuatro tonterías. Dentro de unas horas viajarás con Jorge, camino de Murcia, hacia la vida.

Darás saltos de alegría, no lo olvides. Perderás la memoria o algo así. Es la justificación. Mientras, me acerco, lento y temblando. Nunca debí saber quien eras. Lo he intentado todo y ya la vida da vueltas y vueltas. No puedo olvidar la poesía. Nunca seré cantante. Olvido y misterio. Ha pasado el tiempo y no es ayer.

Sabiendo que te irás te he dado un beso. Al estrechar tu cuerpo he apretado las manos. Tu ropa se arruga dando vueltas. He sentido un calor afeminado en la entrepierna. Hay que ver las cosas que se te ocurren siempre.

Me preguntan por la poesía. Un medio me hace hablar del desconcierto. Y hablo de la postpoesía y su vergüenza. Eso no es poesía. Ni las cosmos ni gónicas. Se cae el mundo al suelo, y tengo lo que tengo. ¿Te enteras Diego?

Sabiendo que te irás he dejado pasar una paloma por encima de tu cabeza. Era blanca y tenía hambre. Ha pasado el tiempo y no es ayer. Y eras guapa, y bella, y trabajadora. Mejor es no pensar. Imaginar y recordar se superponen y confunden.