domingo, 24 de julio de 2011

2 (Dos)



Solo la luz carece de mentiras. Han llamado de México. Dicen que estoy allí. Tomo el primer avión para buscar a ese otro yo que no vive conmigo. Comentan que es idéntico, pero las comparaciones se parecen a la inversa del acto. El físico es la esencia que no vive con uno. Siempre viaja despacio, lo hace mientras duermes.

No sé cómo podré observarlo. Debo estar dormido. Una vez, en el mar de Mármara, un turco dijo haberme visto en Bolu, yo dormía en Estambul. Resultó muy confuso. Viajé por toda esa provincia pero nunca vi nada.

Antes de buscar la sombra que me sigue, comencé investigando a seres conocidos. Fue algo provechoso. Si no es la esencia parecida, la ajena sí es posible. Muertos, abanderados, espectros en el frío. Todos tienen derecho a una manifestación idéntica.

El poema tiene unos matices peculiares, presentes y nada circunstanciales. El cuerpo del ser humano, fuera del centro del parque, debe manifestarse. Y lo hace en silencio, mientras el alma duerme. Un olvido no aprecia los sentidos del hombre. Somos lo que queremos y escondemos la práctica del tiempo.

Ayer siempre es mañana. Hoy es noche, el día ha pasado. Sin querer no quise. Confuso laberinto de mentes y de acciones. Disponemos de medios para dejar de ser, en cambio para ser hay que tomarse en serio el resto de la vida. Seremos animales, pájaros, gusanos, insectos. Las plantas son la disposición de sentirse muy verde, húmedos y álgidos.

Mi amigo no es mi amigo. Mi amor ya no es mi amor. Se han presentado a veces y no son ellos. Los miro, los toco, los escucho. Iguales. No son ellos. Hay algo evidente en el fondo. Una araña en mi casa me sigue a todas partes, hasta duerme conmigo. Hay días que me respeta, en cambio en otros ilusiona. Es una nada efímera, como un reproductor de música continua.

Hemos decidido lo que será la nada, la vida, los matices, las sombras y las líneas. Si miras a otro lado no te acostumbrarás. Vivo en mis resultados y las posibilidades, como la luz, carecen de mentiras.