CUANDO llegan
las brujas da comienzo la fiesta. Velas por todas partes, música con un volumen
elevado, hay alcohol y cigarros. Si aparece el hechizo se esconde la poesía.
Premeditar es sabio, observar consecuente, pero si estás callado, escondido y
te marchas de tantos alborotos, sigues orden y respeto, tu conducta guardará
referencia al segundo elemento.
Juega
María Zambrano a la pelota. Lo hace con Araceli. Dice que está en La Habana.
Desde Cádiz esta parte de Cuba se observa en los claros del bosque.
Las
cosas cotidianas. Lo de todos los días: el amor, la verdad, la amistad que es
poesía, el hombre que es un ser y una bruja su muerte. Es la razón poética, ni
vital, ni histórica, ni mucho menos pura. La razón es un juego que observa a mediodía,
en las tardes de enero. La palabra verbal, la conciencia y el acto.
Un
elemento es una inclinación. La razón es poética, la palabra verbal y las
brujas, esos seres extraños que engañan y sonríen, dan comienzo a la fiesta.
Una solemnidad que no comparto.