miércoles, 8 de febrero de 2012


CUANDO llegan las brujas da comienzo la fiesta. Velas por todas partes, música con un volumen elevado, hay alcohol y cigarros. Si aparece el hechizo se esconde la poesía. Premeditar es sabio, observar consecuente, pero si estás callado, escondido y te marchas de tantos alborotos, sigues orden y respeto, tu conducta guardará referencia al segundo elemento.

Juega María Zambrano a la pelota. Lo hace con Araceli. Dice que está en La Habana. Desde Cádiz esta parte de Cuba se observa en los claros del bosque.

Las cosas cotidianas. Lo de todos los días: el amor, la verdad, la amistad que es poesía, el hombre que es un ser y una bruja su muerte. Es la razón poética, ni vital, ni histórica, ni mucho menos pura. La razón es un juego que observa a mediodía, en las tardes de enero. La palabra verbal, la conciencia y el acto.

Un elemento es una inclinación. La razón es poética, la palabra verbal y las brujas, esos seres extraños que engañan y sonríen, dan comienzo a la fiesta. Una solemnidad que no comparto.