jueves, 19 de abril de 2012

El centro indudable


ES tan fácil salir, equivocarse. El cielo nos irrumpe, aclara las estrofas, los pasos en la acera, la humedad de las manos. Es la vida y la poesía, la labor o la rosa. Es Bécquer, Juan Ramón, Claudio.

Hay seres que no ven, que nunca observarán. Personas que no saben de la verdad del alimento único, exclusivo. Es la claridad, el centro, la presencia, la esencia. La forma y el deber, la poesía.

La palabra es una luz que ilumina los campos. Una luz cegadora con forma de arrecife. Como los girasoles crecidos con agua y con oficio.

Somos medios, clarividencias, sueños. La suerte es nuestro canto, y nacemos con voz, con la voz del centro indudable.