jueves, 26 de abril de 2012

En el pasado


NO dejamos de ser pues no hemos sido. Nunca fuimos pasado, el presente es un intervalo fugaz que ocupa el tiempo en una forma verbal impersonal y limitada. Todo apunta a mañana, a ese día de mañana que esperamos.

El sauce está repleto de mosca blanca. Como una nube de insectos que recorre mi cara, las mastico, entran por la nariz. Debo cerrar los ojos. Los abriré mañana, cuando haya pasado hoy y ayer sea ese hielo que ahora se derrite en el porche.

He aprendido en Moguer, en Córdoba, en Madrid. Disfruté con Chile y las explicaciones. Hoy escribe poemas hasta la mosca blanca. Un poema de ayer hoy no es nada y mañana, mañana será vacío. Un hueco inagotable.

El color del whisky al trasluz del vaso frío engaña. Como esos poemas. ¿No sabes de la vida? ¿No deseas juzgar algo que no es?

Tomo un puñado de tierra que arrojo a los insectos. La nube hace un movimiento equilibrado para volver al rato. Están aquí otra vez. Ahora que es mañana.

Miro las cartas de mi mano. Juego con Satanás. Se ha apostado su vida. Ganaré en el pasado.