LO de ayer, hoy es ahora. El pasado en su mención siempre
es presente, y será futuro si se recuerda mañana.
Hoy he dado el sí a un libro sobre Hölderlin. La Zambrano y Platón acompañan al autor por las tierras españolas. Un minúsculo ejercicio de arbitrariedad que, tratándose del caso contrario, suele resultar provechoso.
Comentaba a TRR que descubro en los presocráticos menores los mejores textos de la filosofía. No recuerdo su respuesta. No existe el pasado. Pero en Alcmeón, Meliso, Eurito o Leucipo, habita el sosiego.
Me preguntas por lo barroco y haces referencia a los autores. Y yo hablo del barroco, lo sucio, el desengaño, nada más. La plenitud está en la naturaleza, en la contemplación. Nada es presumible, todo es admirable.
Llevo varios días conversando con un venezolano inteligente. Habita en la luna. Con personas como él no tiene sentido que existan los políticos, ni los militares, ni los religiosos. En el descubrimiento de la verdad prodigarán los diferentes, que nunca son barrocos, ni intentan resultar provechosos. Son los límites de lo conveniente.
Converso con AV y con MM a propósito de las biografías de LC. ¿Existen? LC se merece una biografía digna, humilde, capacitada, admirable, provechosa, contemplativa, diferente. Un minúsculo ejercicio de arbitrariedad. Lo de todos los días, amor, lo del presente y el día de mañana. No existe nada más allá, ni más para atrás.
El pasado es el camino retórico del mal. Nunca llegará el bien si se ha buscado. Nunca llegará el mal si se ha omitido.