NO hay unión en Europa, el norte
y el sur están separados por una inmensa frontera imaginaria. No hay crisis
financiera, hay crisis política que provoca un cataclismo en las economías del eurogrupo.
Antes de solicitar un rescate, cumplir los objetivos desmesurados y soberbios, recortar por recortar sin dejar margen al crecimiento (aunque leve, debe haber crecimiento y confianza), se deben poner las cartas sobre la mesa le pese a quien le pese.
Para Alemania, ni Italia, ni Grecia, ni España han sido Europa nunca. Nos observan como lugares de esparcimiento, inmensos territorios de ocio y negocio especulador, pero nunca como miembros de pleno derecho de una Europa unida.
Nosotros, ante la banal confianza, tampoco hemos pensado que estamos en Europa. Simplemente hemos comparado la diferencia de moneda y siempre hemos pensado en pesetas.
Cuando Europa esté unida, se cree un sistema financiero común, se respeten las diferentes ideologías políticas y las singularidades de cada país, entonces seremos Europa, una Europa unida de verdad.
Creo que vamos tarde, y esto debía haberse hecho hace cinco años. Ahora todos son trabas y ajustes y planes. Tapar parches, que en eso Merkel (le gusta que la llamen Dorothea) es una gran experta, sobre todo si se hace a costa de los países del sur, nuestro sur verdadero.