LO único que nos quedaba en este país era el sentido común.
Pero se lo están llevando a paraísos fiscales.
Toda persona que comete un delito debe ser juzgada, sea de la naturaleza que sea. Pero hasta en la justicia hay ladrones.
La educación y la sanidad, con el trabajo digno y decente de miles de españoles, es soportable. Y eso es sentido común. Mira por donde estos políticos de pacotilla, apoyados por banqueros basura y jueces sin criterio, intentan acabar con ellas.
El sensus communis es humildad y sensibilidad. Para ser político hay que venir con la tarea de casa realizada. Y desde luego abandonar el apetito que tanto gusta a los ladrones, chorizos, mangantes y demás seres despreciables que gobiernan en España, en Europa y en la humanidad.
Pienso que nuestros gobernantes deberían ser filósofos. Al menos sabrían valorar la necesidad y abandonarían la tendencia materialista de la especulación.