miércoles, 18 de julio de 2012

El humo


CHOCO está muy mayor. Gordo, con los ojos rojos, cansado. Le cuesta pasear por las calles del pueblo. Mira a las señoras que habitan las puertas de las casas. Se sube en tus piernas si apareces sentado en el porche. Choco está mayor.

La discusión es una lección de filosofía. Sergio ha soportado que el ser es y el no ser no es. También he vaciado la teoría de la causa primera, aquella que es original.

Por más que digan los sabios, los que creen que entienden de poesía, que la gracia es remedio, eso nunca será poesía. El remedio es la esencia, y la gracia una disculpa. Algo tan atemporal que lo que has leído hoy mañana habitará en el humo.

Ese libro que hoy comentas, y dices que es poesía, léelo junto a aquel de Novalis, o de Rilke, o de Leopardi. O de Machado, sí de Machado. Verás que todo es un mal sueño, errónea fe.

La poesía es duda, pero duda y remedio, razón de la palabra. No suelo hacer caso a las críticas que leo sobre un libro. Nunca noto la falta en los deseos. Prefiero acariciar a Choco y llamar a Chile para oír las palabras que se deben escuchar.

Choco está cansado. Si hablas bien de mi libro te prometo una columna semanal en aquella virtud. Donde habita el olvido. Mentiras, falsedades, impostura.

Tira Begoñita del perro para meterlo en casa. Cuesta. Hace valer su edad y su maña. Pero la maña no es oficio, no te confundas. Los versos son palabra, razón de la palabra. Y que hoy vaciles es el síntoma del estreñimiento. El humo nunca encuentra su espacio.