martes, 3 de julio de 2012

Es la desorientación


CAMINO hacia el Pórtico. Me espera Tales. Sócrates anda discutiendo con Meleto. La acusación es la insistencia en lo privado. La defensa es la anotación de las convicciones.

He dejado la Custom en Madrid. También el libro de Parra y el manuscrito de Juan Ramón. Saber es estabilidad y olvido respeto. Entiendo la filosofía como respeto, pero olvido es el término que mejor califica a la necesidad.

No respondo al teléfono. ¡Para lo que hay que oír! Dejo que suene en melodía diacrónica. Comienzo un poema inspirado en el Pórtico y el juicio de Sócrates. De fondo Lakmé. Rompo el poema y arranco las hojas del cuaderno marrón. Tomo los restos y acudo junto al árbol de dios. Prendo fuego al papel. Sócrates se enfada. Dice que salía bien parado en los versos. Le repito una frase que dijo a Hipias: ¿La ley es algo que hay que sufrir?

Odio la ley. Es mayéutica. Tomo un vaso de cristal muy fino y lo arrojo al césped. No se ha roto. Con la rama de una encina hago añicos el vidrio. Eso es mayéutica. Es diálogo. No tengo que defenderme de nadie. Simplemente de mí mismo. Un mal trago.

Piso los cristales rotos y sangran mis pies. Siento un dolor minúsculo pero intenso. Es la desorientación.

He pedido a Natalia que me envíe la guitarra por Seur. A portes debidos. Sócrates es un hombre sensato. Como la mensajería. Tiene un afán desmesurado por contradecir. He regalado el libro de Parra a Jorge. Los poemas fotocopiados y manuscritos de Juan Ramón han sido el presente para Manu.

El principio de todas las cosas no está escrito aún. Como el juicio de Sócrates fue una farsa. Una interpretación dualista. Amo el alma, el centro del bosque y tu belleza. Los que gobiernan podrían arder junto al árbol de dios. Siempre salen mal parados. Como Eutidemo. ¡Muerte a los políticos! Perdón, es la desorientación.