LA teoría de Platón y los animales
me ha sorprendido. Sobre todo los pájaros. Buscadores de humos que limpian el
ambiente con el movimiento de sus alas. Lo de los reptiles nunca me conmovió,
ni lo de los felinos. Pero los pájaros y los insectos han llegado al alma.
La contemplación es admiración, pero no embelesamiento. El excesivo sentimentalismo en la naturaleza provoca menosprecio. Con ojos de razón, siempre con ojos de razón de la palabra.