EN la noche siempre aparece la muerte oculta. Sin ella es imposible
que calmemos los aires, los encuentros, las gotas de agua que salpican del vaso
con hielo cuando vas a beber.
Si te sirve de algo repetiré la palabra rare en su idioma. Al igual que aparece en la botella morada de JB. Los imbéciles observan a escondidas, imaginando que no hay pistas ni vulgaridad. Pero todo se sabe, nada se contiene. Hasta esa figura hermética y manida de Platón con un dedo muy alto mientras Sócrates agoniza.
Voy despacio. El infinito es la inmortalidad, lo que observo desde la ventana del salón cuando estoy en la playa. Una lejana sombra dice que me acompaña. Los rabilargos lloran. Floto entre todos los miembros de la familia de pájaros.
Nunca visitaré la playa, ni la casa. Lo indecible hay que guardarlo en el silencio, lo dice Platón, no lo olvides. Cada vez que tomo el vaso con hielo, apoyado en la servilleta azul, para beber un poco, gotea. Son tres gotas de líquido que manchan la camisa. Un papel evita que se haga extensible, como el poema de Virgilio.
He notado que has llegado mientras dormía. Estaba sentado en el sillón de la película, con los ojos cerrados. Lejos del suelo pienso. Floto entre la gente. No debes llorar la muerte de Sócrates. Él consintió su estirpe. Es la muerte oculta.
Prosigo con Leopardi. Debo decir Colinas otra vez. No hay infinito en Platón. Hay inmortalidad, recursos y vehemencias. Una triste figura que pasea por el porche y el árbol de dios que mueve las ramas al sonido de los rabilargos. Un ruido estridente como la última canción de Sharleen.
Tapo mis ojos, agarro la pared, subo las escaleras. Voy a tu encuentro. No apareces. Ando despacio. La poesía del poeta debe ser insegura, como en un ser perfecto, como la verdad que tiene oportunidades.
Estarás a mi lado si sigo sentado en la escalera. En suspenso. Depender de sí mismo es aplaudir a las sombras, a los dioses, a las generaciones. No depender de nadie es como cuando Sócrates pregunta a Eutrifón. La misma sensación. El fenómeno de la aparición de los seres preciados.
Sobre el manto de tierra observo el horizonte. Me separo del suelo. Soy respetuoso pero odio la política y los dioses.