viernes, 30 de julio de 2010

The Face (dos) (Tercera Inclinación)



Quiero determinar un sentido único y exclusivo, deseo hacer valer todas aquellas cosas que aprendí con el paso de los años. ¡Es difícil! Todo se escribe para justificar lo que supone el sentimiento, para saber a ciencia cierta cuál es la definición de amor y cuál la de justicia. Pero ya he dicho que es complicado.

Decidir es de cobardes, hacer de necios. Así pasan los días. Sigues diciendo cosas maravillosas que se caen por su propio fundamento. Es una inspiración, temporal y falsa. Al menos eso veo. ¿Qué hay en el fondo? ¿Qué acontece en el alma?

Lo que dices se acaba, se termina, y ambos nos cansamos. Arrastramos los pies y no dejamos huellas, presentimos, recordamos.

La cabeza está repleta de recuerdos verdaderos. Todo era cierto, y digo era, que es pasado. El presente es un futuro inmejorable, tántrico y muy mal compañero.

Me he cansado de historias, de breves cuentos de principio y fin. Lectura facilona, de maruja. Se necesita acción, pero acción de vida: escaparte de noche y hacer burradas, hacer burradas de noche y acabar comiéndote las burradas en la noche. Es lo mismo y es distinto.

Se hace siempre la verdad, se dice la mentira. La persona vive repetitivamente, por impulsos cansinos, es la rutina, aunque sin ella la vida deja de ser muerte.

Tengo tan claro en la mente la justificación que apenas digo nada. Me escondo tras las calabazas y callo, el silencio interfiere. El silencio determina. El silencio es palabra. Dejemos los sms a un lado y volvamos a lo cierto, que nunca es lo verdadero.