LA representación es el arte de crear. Diferentes diálogos
platónicos exponen esta tesis (República,
Sofista, Leyes). Pero la representación no debe ser retórica. Persuadir,
conmover, agradar. Símbolos, argumentos, estructuras. La poesía es representación.
Los desvíos se encubren en la retórica y engañan.
No hay un Protágoras ni un Gorgias, tampoco hay humanismo. La poesía se hizo discurso y dejó de convencernos. Aquello que contiene amor será justicia, permanecerá útil. Con el acercamiento accedemos, solo llegamos, queda el trayecto último: la permanencia en el centro del bosque.
Tengo mucho miedo del poeta social, del poeta feo, ese que enseña en la universidad. Es una lacra humana, perseverante y diferente. ¡Cuánto frío hace en Granada! El testamento permaneció inalterado por culpa del acercamiento, de la representación.
Dicen los dignos y los potenciales que la probabilidad es primera y es segunda. Tiene valor contrario, posee sentido trascendente. Y es la razón de la palabra, sin ambigüedad ni estrofas. En poesía, todo lo heredable será representado, aunque apenas una mínima parte sea contrastada.
Llevo todo el día cortando la flor de la lavanda. Las manos huelen a terciopelo y la piel a cianuro. ¡Si viviera Parménides! ¡Si pudiera elegir entre imitar y ser!
El ruido que emite la colilla cuando se apaga en el agua es representación. El leve humo retórica. Es la energía natural, la flor de siempre, las presencias indecibles. La representación.
Volvemos a casa. Abel está feliz por este testamento. Asegura ironía, no aplica el verso. Es la forma fugaz, el terciopelo. Hoy todas las derrotas se dirigen a la mayor soledad.
(Día de elecciones.
Si votamos debemos quemar nuestros papeles. Introducir en la urna el voto
ardiendo. Y hacer desaparecer los resultados. Hoy es día de elecciones. Que
mueran los políticos por el amor al arte. Pero que mueran todos. La derecha y
la izquierda falsean los contenidos).