martes, 15 de mayo de 2012

En el nombre de E.


YA no tengo hambre. El alimento es una forma de ir despacio, muy despacio. Correr es de cobardes, la anorexia es de necios, la bulimia de gilipollas. Mando al carajo a todo lo que acontece, a aquello que huele a terciopelo. La tela es la miseria de la literatura. Y hay mucha tela que cortar, la misma que mi padre, en la sastrería de Marqués de Comillas, limitaba con sus propios actos.

No viajaré. No lloraré. No amaré. Sigo sin querer a nadie que me quiera, porque yo no me quiero. Las lágrimas de mi madre no puedo verlas. Su voz no la escucho. Ni oigo su respiración. En su lugar Juan Ramón me acompaña en las primeras noches del verano.

Te miro. Acaricio tu rostro, beso tu cuello, las orejas. Lentamente. Despacio. El escalofrío es un estado civil como la soltería. Imaginar y recordar se superponen y confunden.

Aquí sigo, respondiendo a los correos. Me cabrea que don Nicanor no haya aparecido en el video de Canal Sur. Era el protagonista. Ya se sabe que de dos horas de grabación emiten dos minutos. Abro los ojos. Tiemblo. Me duele hasta el aliento.

En este año triste de mil novecientos ochenta y siete el pasado es presente, el presente es futuro, el pretérito siempre es pluscuamperfecto. El pasado no existe. En la naturaleza todos somos estados. Estados sin presencia. Mecanismos de evasión. Variación de Moguer. Autobiografía. Ediciones del mundo. Barcelona. Siempre gira el mundo en torno a Barcelona.

Pienso en E. Un nuevo ser que nace y nunca se deshace. Será presente. Será. Ser. Se. S. Se llama E. Y viene con música, con arte. Con la buena literatura bajo el brazo. Su cuerpo rememora armonía, y sus labios grandeza.

Dice la mansedumbre que E. se acerca. Llenará la ventana de luces y la puerta de artificios. Lunas y soles. Mil soles. Te esperaré sentado bajo el acebuche. Escuchando a los pájaros que aman la monotonía. Aquellos que leen a Platón, a los presocráticos, a Boecio.

Cuando E. tenga cincuenta años nadie me recordará, te lo aseguro. Mientras tanto doy guerra. Hago novillos. Calmo las sensaciones con discretos oficios de poeta. Un pequeño manjar que acerca a la armonía. Sí, la armonía me soporta, tengo el cielo entre las manos, aspavientos del corazón. Tiemblo. Calmo la sensación. Es una asignatura. Poder aprobar de rabia interviniendo en todos los conflictos. Estoy aquí sentado. En el mismo sitio.

E. llora. Disfruta entre la gente. Si te sirve de algo te digo que no has llegado, estarás a mi lado si hace falta. Como tú. E. sonríe.

La risa es el lamento. E. vive. T. y MC. acarician el arpa. Mi madre dice a lo lejos que no puedo querer a nadie que me quiera, porque yo no me quiero.

Nada hay más bello que nacer con los acordes de Mozart.