Una mañana de estas tendré que soñar más de la cuenta. Para ello tomaré prestado de un rincón el libro de tapas oscuras al que siempre acudo y me sumergiré en el sueño. Aunque sea un instante tendremos suficiente. Seguro que si tú tomas el mismo ejemplar, tu memoria y su sueño te llevan a distintos horizontes, a enormes caminos de madera que recorren el cuerpo y la mente.
Y resulta que el libro nos acoge, nos gobierna, nos aplaude. Leer es vivir. Cada libro nos enseña que la vida y los sueños están en él.