miércoles, 19 de octubre de 2011

80 (Ochenta)



No concibo la vida sin la confusión, el desconcierto. Durante los últimos cuatro años el miedo se ha apoderado de mi persona, casi pánico, pavor, temor, espanto, sobresaltos constantes. La Nada ha sido el todo.

Leer es una actividad más intelectual (que decía Borges), más resignada, más civil. Descubro que JRJ también hablaba de matices: Mi ilusión, primero subconciente, luego decidida, fue, siempre, hacer del español un andaluz perfecto, una lengua fundida, gustosa, esquisita, capaz de todas las modulaciones e inflexiones de las más sutiles lenguas, una lengua de matices. (JRJ).

La belleza es esa propiedad de las cosas que nos hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual; esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas, y se produce de un modo cabal y conforme a los principios estéticos, por imitación de la naturaleza o por intuición del espíritu. (Esta vez es Kierkegaard). Y me apuntan: “Seguro que sacado de Sócrates-Platón”.

¿No pensáis que debo tener miedo? ¿Que paso las noches veladas recitando a Novalis, a Hölderlin o Pound?

He cerrado la puerta. Doy dos vueltas a la llave, y aún así aparecen fantasmas, espectros de la nada.

Cierro los ojos y pienso en la cuna y la sepultura. No quiero dar más vueltas. Arrojo la moneda y siempre sale cruz. Esta es la gran putada de la literatura a la que me refiero cuando leo los poemas. Los humildes versos escritos en soledad y silencio.

De cuna salimos todos. Pequeños, encogidos, callados, herméticos. De sepultura morimos sin saber el presente, ni el pasado, ni el futuro. ¿Puedes hacer algo? Seguro que leer, observar, opinar.

Unos amigos me invitan a una torre, un castillo. Hacemos fotos. Sevilla de noche, sobre una pieza de ajedrez, es preciosa. Hay matices, desvíos, confusión, laberintos.

La cordura es sinónimo de esperanza. La humildad es sinceridad. Estar con nadie es ser un baúl vacío. Quieres estar a bien con todos y no encuentras tus miedos. No te atreves a decir que aquello es la nada. ¿Es vergüenza? Es la no literatura. El ¿qué pensarán? deja paso a las miserias. Eres un desdichado amigo, un auténtico farsante, un dialecto sin fonemas. Me he pasado buscando una vida entera y ahora descubro esto. ¿Qué diría Quevedo? Seguro que de cuna y sepultura.