viernes, 4 de noviembre de 2011



Brindar con las nubes e invitar a las estrellas es la mejor de las fiestas posibles. Igual o semejante. El techo siempre es paja, el suelo tierra. Beberemos la vida a sorbos muy pequeños hasta que el ángel, el que tiene una sombra que no es suya, nos dé la bienvenida.