sábado, 12 de noviembre de 2011



HAY tres tipos de lecturas: de culto, de apreciación y de recorrido. El culto es tributo y admiración. La apreciación es el afecto sin medida. El recorrido es la distancia que existe entre lo malo y lo bueno, entre la ruta y el mapa.

Mi perro murió hace muchos años. Se llamaba Sultán. Era medio blanco y medio negro. Blanco parece negro o negro parece blanco. Su recorrido diario poseía la apreciación del culto.

En casa dispongo de tres habitaciones para guardar los libros. La amarilla contiene las obras de Parra, de Rosales, de Colinas, Eliot, Pound, Rilke, Claudio…

La azul está repleta de experiencia y diferencia, de sentimentalidad, gamonedas, robaynas, y otras medicinas naturales. Llena pero vacía (como el color del perro).

La roja tiene huecos, vanos, calamidades.

Los discos de cada estancia dan vueltas y vueltas, las revoluciones las marcan los versos.

Sultán, a veces, se aparece. Un ladrido feroz y una mirada. Son los ojos del perro, el culto y la apreciación al recorrido.