LO decía el poeta, y lo hizo sin pestañear: es muy tarde cuando descubrimos la realidad y el sentido común. Suele ocurrir fuera de tiempo, nos encontramos en esa línea imaginaria que separa la lucidez de la locura. El deterioro, a partir de ese momento, es rápido, veloz, preciso.
Las circunstancias impiden que la decisión acierte o marche vagando entre palabras.
Todos los hombres somos iguales, el ser humano muere, los árboles crecen, los pájaros sanos vuelan, las nubes caminan por el cielo a su ritmo. ¿Tenemos que puñetearnos día sí y día también?
¡Qué tarde es! Ha pasado otro día sin solución. Seguimos sin entender el motivo central, la disciplina, la justicia social, la propia vida. No busques soluciones, no existen. Ya, es tarde.