lunes, 7 de noviembre de 2011

Memorias de un comerciante de versos (Uno)



Apunta Colinas que el tiempo es cruel con lo falso de la literatura. Más que excesivo es certero y acertado. Incluso diría que ocurre siempre. Es la otra realidad, la que no se conoce en vida.

Pero también esa otra realidad, que indica el autor de La tumba negra, es la poesía, la palabra que viene después de las razones que ya no sirven.

He leído un poema de un autor sudamericano que me ha fascinado. Y he llamado urgentemente y de inmediato. Así acontece la vida. El que pueda entender que atienda. Improvisar es error, juicio falso.

Uno ya se ha cansado de los envíos que aluden a la responsabilidad e incluso, de las opiniones, definiciones, vanas certezas. El descubrimiento es una virtud como también lo es la paciencia, la honestidad y el equilibrio.

He planteado publicar las liquidaciones de ventas de todos los autores que editan, de todos. Con nombre y apellidos (los dos). Más de uno derivará en sobresalto, es la otra realidad. Creo que hacemos un favor a las editoriales de la competencia. Las cartas de apresto y desagravio son tan excesivas que uno piensa en lo falso de la literatura.

Un autor muy conocido ofreció cinco mil euros por la publicación de un libro de poemas. Uno de los maquetadores, presto y veloz, dedujo que con esa cantidad se hubieran editado tres Vela de Gavia. Pero no se publicó. Otra editorial de poesía lo hizo.

Hay jóvenes que hasta ofrecen su conjunto de sentidos orgánicos por ver en papel sus versos. Y ante la negativa se autojustifican en la propia condición. Lo triste es que nunca verán la luz, lo que escriben no es poesía (algunas pueden ver la luz en manifestaciones terribles y no literarias). No me dolerán las críticas si no vienen de la otra realidad, la verdadera.

Ser editor es una cabronada. Una incomodidad. Una injusticia. Si no fuera por esa otra realidad, que pocos pueden observar, no merecería la pena.

Se hace tarde y vale la pena poder leer, descubrir, acertar o errar. Todas las razones nos sirven, absolutamente todas. Es tardísimo.