jueves, 24 de noviembre de 2011



ME aburren los poetas que manifiestan sus intenciones. Un poeta es un sueño. Entre él y la vida, las causas segundas se consiguen nunca.

El anhelo es ilusión, pero si no sirves debes darte cuenta. Imaginar y recordar se superponen y confunden.

¡Y hay tanto lúcido suelto! Por ejemplo, en los escaparates de las librerías.