lunes, 18 de abril de 2011

10. (El camino que empieza a dejarnos vacíos)



En el centro del parque siempre está la virtud. La armonía es desconcierto. Es la noble mentira que retiene la marcha de nuestro propio adiós. No encuentro una canción como la tuya. Una canción que diga que esta composición es un pretexto, nos hace concebir que todo sea oportuno, también innecesario. Nunca paras de hablar, has creado ilusiones como aquellos libreros tan desazonados por una diligencia. El ornato del parque es ahora mi recinto. Tarareo la canción y escucho tus palabras que dejan de salir. Debe ser armonía, sin ella nada existe.

Las personas mayores nunca paran de hablar. Y lo suelen hacer para saber que viven, no quieren estar solas, y es esa propia voz la que les otorga su representación y compañía. Es solo la alianza, la confederación de estados mutuos. Pero también es su condena, el comienzo del fin, el camino que empieza a dejarnos vacíos.

En la arena del parque me he quedado dormido. Nunca paro de hablar y lo hago solo. Hablo con la armonía.