Con las gafas de sol oculto la armonía. Lo que queda de mí y no molesta, la luz que me persigue y no dejo que encuentre, lo que queda de ti. Todo es fatiga si abandono esta pasta y este cristal que cubre bien los ojos. No hay dos verdes iguales ni en una misma planta. Me he sentado en el banco y he cogido tu mano. El verde tuyo es ágata con mezcla de semillas. Entra la luz dispuesta a confundirme, hace que no descubra el color verdadero. He apretado la mano y un señor me ha reñido, pensaba que hacía daño, solo estaba sufriendo. El olor de tu piel es hierba fresca. El calor en el banco hace que corra hacia Bayswater.
Mantengo un tono firme en los aperitivos. Pero la armonía muere, como el verde en invierno. He olvidado las gafas en el banco. Debo volver. No sé si estás sentada. Hoy he visto mil verdes y todos eran distintos.