La poesía es la envidia de los iconoclastas, el suspiro de los necios, la creación de los amantes.
Un poema equivale a diez mil situaciones, y conjuga conceptos, nos hace pasar hambre y llora en su agonía.
Para escribir un poema se requiere inteligencia y lucidez. Aquel inteligente que escribe, lo hace, pero no es poesía. El lúcido que escribe tampoco hace poesía.
Los libros que leemos, los versos que escuchamos, la vida que debemos. Y en una mínima extensión, la auténtica poesía nos aparece.
Un poema justifica una exigencia, pero nunca es mínima.
Un poema equivale a diez mil situaciones, y conjuga conceptos, nos hace pasar hambre y llora en su agonía.
Para escribir un poema se requiere inteligencia y lucidez. Aquel inteligente que escribe, lo hace, pero no es poesía. El lúcido que escribe tampoco hace poesía.
Los libros que leemos, los versos que escuchamos, la vida que debemos. Y en una mínima extensión, la auténtica poesía nos aparece.
Un poema justifica una exigencia, pero nunca es mínima.