miércoles, 30 de noviembre de 2011



LA última vez que busqué el anillo estaba en la azotea. Cerca del cielo todo es más posible. Encontré dos virtudes y algún remordimiento. Hay amigos que dicen que me alejo, ventanas que se cierran con prudencia, una voz en las noches heladoras. No hay nada mejor que despertar con la vida que se marcha, con la felicidad de la angustia. Un as de oros junto a la almohada y algún inverosímil que repite las mismas tonterías.

Me agacho por el suelo, el maldito dolor de la cadera, y Platón repitiendo las frases de la búsqueda. No aparece el anillo.

Mi madre, tan mayor como ser adorable, me ha perdonado. Lo de los niños le ha dolido, aquello de Luzbel y las camisas no lo entiende. Sigo desayunando solo. El pasillo es una biblioteca por el suelo. Los libros me acompañan, las cartas me confunden.

Siempre espero la noche para bajar el tono. El hielo se derrite en los vasos, las velas encendidas y el ruido de algún animal a las puertas de casa.

Para ver la poesía dispongo de linternas. Debo cambiar las pilas todos los días. La felicidad es una multitud que sigue tus pasos. Los expulsas, recriminas sus actos, hasta gritas. Ellos siguen la sombra. Puedes olerlos, sentirlos, acariciarlos.

Ese momento que diferencia la verdad del odio lo aprovecho para pedir ayuda. Solicito que consigan el anillo. Han subido las sombras esta noche a la azotea. Todos buscan. Nadie descubre.

La poesía es un santuario interior, que decía Novalis, el único posible, la cuenca de la vida eterna, ese camino misterioso que viaja al centro del bosque. ¡Cuánto tiempo he perdido -¿verdad Antonio Colinas?- buscando el anillo!

martes, 29 de noviembre de 2011



DAR una oportunidad a la conciencia es un hecho sublime. Hacerlo con indecencia es de necios. Y el ignorante, que es humano, precede los actos con las indagaciones. No quiero a nadie, no puedo hacerlo. Lo ha dicho ya mi madre.

Hubo una vez un pájaro que me quiso bastante. Cantaba en los encuentros, saltaba de alegría. El ave se marchó en alianza.

Estoy en esta habitación de tres por dos y medio. Rodeado de libros y de cartas que mienten. La soledad y el silencio han dejado de ser un sueño, se hace tarde. He descubierto a personas que desean ser consigo mismo. No hay elección, ni prendimiento, ni constelaciones, ni estrellas fugaces. Han decidido ejercitarse en eso que denominan sistemas de ecuaciones lineales. Es la diferencia. Conseguir un objetivo premeditado en base al habla.

Poco a poco, aunque sea tarde, van descarnando la mitad oculta. La noche es ya la noche, la triste realidad sin fin alguno. Te he pedido que vuelvas y permaneces en el frío. Le has quitado toda la sal a la vida. Cuando observe tu rostro no podré mirarte a los ojos, aunque lo intente. Buscaré la oscuridad, la noche plena y sus matices.

He preguntando al sapo de la piscina si todo aquello que guardé en el cajón, junto a la ira y la nostalgia, permanece. El anfibio valiente, pues salta en busca de las ramas, no responde.

Preguntaré en la noche al resto de animales. Las piedras no hablan. Los árboles resisten.

La diferencia entre una ecuación lineal y otra de reducción de sombras, es vuestro propio rostro. Un pájaro, un sapo, un árbol y algunas ramas. Nada es comparable a este silencio. De ninguna manera. El no ser es escaso, encarece las oportunidades.

lunes, 28 de noviembre de 2011



ES la sencillez. Siempre ajena al artificio, carece de ostentación, ingenua en el trato, pero inteligente. Sin doblez ni malicia.

Subo las escaleras. Infinitas, que me llevan a casa, a tu casa. Duele el cansancio. A mis años nunca había consentido tantos sentimientos de pena y de congoja. Es el íntimo amor, la eterna vida. La noche y sus afectos. Siempre es tarde, pues el tiempo es vida y es tierra.

Llego a la puerta pero sigo para arriba. Viajo a la azotea. Al tiempo del sentido: los jóvenes poetas, un antiguo linaje entre Platón y Novalis, un mundo temporal que invade nuestra alma. Esa es la sencillez.

Hay un eco en lo alto. Las estrellas y la noche repiten cuando digo. Nunca las constelaciones tuvieron su reposo. En plena oscuridad llega la luz. Es la claridad. La armonía. Este cielo es soledad.

He dejado tu casa para vivir contigo. He vuelto a la azotea y aún busco el anillo. No hay nada más. Un laberinto inmenso, un bosque con sus árboles, unas nubes con formas de poemas, un mar azul y piedras silenciosas. También vienen deseos, juventud, un sueño y la alegría.

Ese verso que no aparece sin espacio nunca brota, es un presentimiento. ¿O tal vez hay una fuerza superior que dice que estoy vivo? Es el prodigio, tan solo su presencia. No existe nada más allá.

domingo, 27 de noviembre de 2011



LA claridad y la armonía se encuentran en la naturaleza. Junto al mediodía. Pero hay otro momento exacto donde la poesía se convierte en misterio. Es en la caída de la tarde. Cuando oscurece pero no es de noche. La claridad se despide con un te quiero mucho y una lágrima, y la armonía inunda los ambientes. Hoy eran las 18:47 horas. Es el segundo amanecer del día.

Colinas, Rilke, JRJ, Claudio. Siempre es la claridad con misterio, en conveniente proporción, el concierto. La unión de los acordes verdaderos.

A esa hora conversaba con un escritor de Cádiz. Y lo hacíamos sobre los poetas que se van alejando de la poesía. ¿No será que la poesía se aleja de los poetas? Los abandona y pasan a ser no poetas. Es la poesía quien otorga, decide y presume de sus presentes.

JRJ explicó cómo la poesía vino a él. Fue ella quien buscó al poeta. No al contrario. Platón expulsó a los poetas, pero recibió a cambio la visita de la poesía.

La poesía abandona a los no poetas. Y todos están huérfanos.

He entrado en el laberinto. Laberint. ¡Qué palabra más bella!

sábado, 26 de noviembre de 2011



¿QUIÉN es verdadero? El amigo que promete la dicha y quedas los domingos para dar una vuelta. El poeta que halaga a los ojos y en la espalda traiciona. La mujer misteriosa que siempre cruza en traje de etiqueta. La impresora que avisa si se ha acabado el tóner.

¿Quién es la mentira? Los pájaros, el bosque, las hortensias nunca hablarán en falso. Es la naturaleza.

Con ganas de llorar, de gritar, levantar nuestros brazos para hacer aspavientos. En la naturaleza pervive lo sincero. No interesan escusas, ni chismes, ni mentiras. Un verso, dame un verso, un auténtico verso. Ese. Tengo bastante. Es la naturaleza: la verdad y la decencia.

viernes, 25 de noviembre de 2011



DEJO al poeta en su hotel. La luna dice que las intenciones nunca han sido ciertas. No pretendo dar oportunidades a nadie, ya que nadie es verdadero, ni siquiera el poeta.

La mitad de mi sueño ha estado con Borges, la otra con Lezama. Fingir es lo mismo que errar, por eso, cuando la luna llora, canto a los pájaros.

Un editor famoso, con solvencia y eficacia, ha dejado entrever que un hombre es la naturaleza propia de su instinto. Así, entre virtudes, hablo conmigo mismo.

He escuchado verdades, pamplinas y virtudes. Me quedo con lo puesto. Este viernes es mi cumpleaños y ya me han regalado a todo JRJ. A todo él, poeta de Moguer y verdadero. Las cartas de Puerto Rico, en el fondo, no importan. Es su obra la que admiro.

Un pájaro muy cuco, que entiende de pronombres, ha dicho que el instinto es como un cartoons, siempre estará animado.

jueves, 24 de noviembre de 2011



ME aburren los poetas que manifiestan sus intenciones. Un poeta es un sueño. Entre él y la vida, las causas segundas se consiguen nunca.

El anhelo es ilusión, pero si no sirves debes darte cuenta. Imaginar y recordar se superponen y confunden.

¡Y hay tanto lúcido suelto! Por ejemplo, en los escaparates de las librerías.

miércoles, 23 de noviembre de 2011



CUANDO leo a Bukowski me acuerdo de mis padres: “mi madre, mi padre y yo”. También viene a la cabeza el gato que nunca tuve. El beso a las mujeres. Los cabellos negros, la falda, los zapatos, el mono o la melancolía. La ducha, el timbre del recreo, el tren o el efecto invernadero.

Existencia por encima de la más falsa experiencia. ¿De qué sirve la forma formidable si el fondo es el camino, la casa, la mansión de la posibilidad? Me aburren los versos que no están escritos sudacamente. Esto es, escritos por pamplinas, muy bien, pero que dicen poco. La belleza me sobra. La construcción magnífica es un hombre mayor. Quiero a los niños, simplemente a los niños: la ingenuidad, la chispa, frescura, irrupción.

Escribe igual fulano que mengano. Y sentados en la misma mesa parecen un cortejo de viejas en torno a la experiencia. Es la indecencia. La cotidianeidad.

Le he quitado sal a la vida. Cerca de los cincuenta todo quema. No tengo hermanas y ninguna está en la cárcel. Tengo hermanos, varones. Y me pierde el alma cada vez que los siento. Es la existencia. El pulso al mediodía.

Vuelvo a Dante y a Auden. La historia es una verdad, una ley, el patrimonio de la mañana. Entre tanta basura recorro los jardines de Estambul. Hoy ha dicho Susana que el negro la ha tentado. Te guardaré en la memoria si los ángeles son negros.

Muere abril como lo hará mayo. Hemos negado mucho. Desdeñar la palabra, el verso o el misterio. Una bruja muy crédula ha recitado un poema de Charles. A las chicas del hotel no las conozco.

Mis padres han salido a cenar esta noche. Ocurrió en los setenta. Salieron una vez, fue en diciembre, nuestro mes más completo.

martes, 22 de noviembre de 2011



EL sueño de todo ser humano, vivo y sano, es hacer el amor un día sudacamente. Esto es, con la pasión genérica que se saltan los cánones. Sin interferencias, ni ausencias. Sin desconciertos. De forma tan intensa que viajes de cuna a sepultura en una sola noche.

Lleva sus riesgos. Tintín puede ampararse porque es un cartoons. Nosotros, las personas -entiéndase persona como término oblicuo-, perdemos los papeles por una ópera de Delibes, una visita a La Scala, o un piropo de amor a Bianca Castafiore. (A ella le gusta que bajito y al oído le recites el verso de Adrián de Prado: “cuando le ensalzas pienso que le ofendes”.




TINTÍN PIERDE LA VIRGINIDAD EN LA SCALA

Lo decía Tintín mientras ladrabas:
Milou, debes latir con propiedad extrema
todo aquello que piensas, buen amigo”.
Pero el pobre fox seguía empeñado
en tomar esa gota de whisky mal vertida
de la falda de Bianca, Castafiori.

Irma siempre molesta. Quería atrapar
sus pechos con las manos. El perro,
tan listo zorrero como leal amante,
mordía un dedo del pie y acariciaba
pausado sus pelotas. Bianca gime.
Tintín ha perdido la virginidad en La Scala.
Hicieron el amor sudacamente.

De fondo Lakmé. Delibes argumenta,
es muy retórico y a veces cursi.
Léo llora entre las flores. El joven
tiembla y sonríe. Bianca gime.

¡Qué mala cara tiene la pollito!



De Cartoons (2011).

lunes, 21 de noviembre de 2011



LOS árboles son rojos cuando el sol les calienta, y en la tierra de gracia la estrella se ha quedado para vivir conmigo. Las llamas de las velas se mueven con el aire. Hacen oscilaciones determinadas. La marrón con olor a chocolate tiene el vaivén a su izquierda. La roja de fragancia de flores múltiples titubea a la derecha.

He buscado corrientes de aire, brisas, soplos enérgicos, nada es lo que parece. Una sombra con mucha vanidad y demasiado engreimiento ha alterado los usos, dice estar fatigada, quiere recobrar fuerzas sobre la piel del mundo.

He cedido un espacio, una órbita sin diversión, he vendido mi mundo sin las fantasías. No me apetece nada, vuelvo a no hablar con nadie, ni a responder correos. He apagado el teléfono de los miércoles, el de abril lo he dejado en el cajón de marzo. Pido que vuelvas y tengo frío. Es la contradicción.

Quiero ser un movimiento alternativo. En poesía como en el riesgo la verdad siempre es constancia.

domingo, 20 de noviembre de 2011



HAY una niña loca gritando a las puertas del laberinto, en el centro del bosque. Mientras leía una entrevista a TRR la niña loca levantaba la voz. He cerrado los ojos, he calculado el precio de este sueño para reprender, aborrecerla. No he tenido fortuna.

Es la mediocridad. Este país está repleto de escritores de poco mérito. Ellos son los que auguran, los que sostienen el tronco de la encina más grande. Pero son ramas secas. Hay que permanecer ajeno a la religión, a la política, no apartarse es panfletario.

Hay que ser rama verdeante, naciente. Las lecturas son hojas, la calidad la savia. Esa es la independencia. Favorecer el silencio, amparar la soledad. La verdad es un camino que conduce hasta el centro, es el ensanchamiento.

Esa niña loca busca un sillón en la Real Academia, una letra, simplemente una letra. Minúscula o mayúscula. Pero todavía faltan palabras en el diccionario. Es la mediocridad.

Conocía desde hace muchos años la grandeza de la obra de JRJ, pero ahora, mientras converso con Tomás, hablamos del Rilke español. Vuelvo a cerrar los ojos y digo mucho más, es mucho más. Es más grande que esos inmensos poetas de nuestra vieja Europa. No hay letras ni palabras –aunque falten-. ¿Y esa definición que no aparece?

La niña loca ha mejorado el aspecto pero no la condición. Hay diferentes tipos de mediocridades. Está la pura, la que viaja en un chasis de cartón. La que, envuelta en terciopelo, no alcanza ni la “a”. La de la niña loca. La del poeta social. La que nunca está en riesgo y siempre en contingencia. Es la mediocridad.

Y en tan grande despotismo Platón los distribuye entre las artes, es su vergüenza. El pudor, la justicia y la naturaleza.

¿Fortuna o merienda de negros? Los mediocres ni son Sócrates, ni están amparados por daímõn, ni conocen el ímpetu, el esfuerzo, la paideia. Son lo mismo, siempre más de lo mismo.

Hoy vuelve a hacerse tarde. En Madrid no hace frío. A las puertas del María Guerrero espera Pablo. Tengo que buscar mi paradigma. Cierro los ojos y recito el verso de Francisco de la Torre: “Sigo, silencio, tu estrellado manto”.

sábado, 19 de noviembre de 2011



MAFALDA y Betty Boop han pasado la tarde en el porche. Hemos hablado mucho, de las nubes y sus formas, de los pájaros, de la precariedad. Incluso hemos jugado a descubrir figuras en el cielo. No apareció la nube con forma de poema, pero un águila real se divisaba.

Nos siguen teorizando. Que si el distanciamiento o la argumentación, discordia y permanencia. Hay poesía contemporánea que tiene menopausia. Sus autores –creyendo haber llegado al climaterio- cesan de la verdad y sus recursos.

Ocurre en todas partes, no hay que preocuparse. Algunos cortan orejas y en casa, en silencio y soledad, acaban con el rabo entre las piernas. Las jóvenes promesas pasan de los cuarenta.

Una tórtola turca ha recitado un poema de Luis García Montero. Dice que le apasiona. No sé qué de Granada y sus afinidades (políticas se entienden). Tomo el libro de Parra y al azar leo un verso, cualquiera. La tórtola se marcha no sin antes dejar algunas lágrimas.

Cuando me identifico me confundo. En cuna o sepultura. Y recito estos versos de Colinas: “Escuchadme, Señor, tengo los miembros tristes. / Con la Revolución Francesa van muriendo / mis escasos amigos. Miradme, he recorrido / los países del mundo, las cárceles del mundo, / los lechos, los jardines, los mares, los conventos, / y he visto que no aceptan mi buena voluntad. / Fui abad entre los muros de Roma y era hermoso / ser soldado en las noches ardientes de Corfú. / A veces, he sonado un poco el violín / y vos sabéis, Señor, cómo trema Venecia / con la música y arden las islas y las cúpulas. / Escuchadme, Señor, de Madrid a Moscú / he viajado en vano, me persiguen los lobos / del Santo Oficio, llevo un huracán de lenguas / detrás de mi persona, de lenguas venenosas. / Y yo sólo deseo salvar mi claridad, / sonreír a la luz de cada nuevo día, / mostrar mi firme horror a todo lo que muere. / Señor, aquí me quedo en vuestra biblioteca, / traduzco a Homero, escribo de mis días de entonces, / sueño con los serrallos azules de Estambul.”

Solo faltan dos cosas para que sea perfecto: la azotea y la boda. Las cartoons ya se han ido.

viernes, 18 de noviembre de 2011



EL día que Pound falleció estaba sentado en una silla. Una silla de anea. Pablo me ha dicho hoy varias cosas sobre sus novelas que han elevado mi estado de ánimo, no de anea. Madrid se ha quedado pequeño. Mientras José Manuel tocaba el saxo, no dejaba de pensar en la injusticia que algunos ignorantes cometen con la obra de JRJ.

Como dice Andrés, Carmen Hernández Pinzón conoce la obra del poeta de Moguer mejor que nadie, y es que ella aporta un aspecto que los otros desconocen, la vida, el entorno, la majestuosidad.

JRJ fue un escritor inmenso, eterno e infinito. El 27 intentó paralizar su expansión pero, en el fondo, quedaron ridiculizados por su propio espanto.

Hoy un pájaro se ha posado en mi habitación con una imagen. No eran los personajes que aparecen en la foto de Granada. Tampoco los intelectuales de antaño. Solo era la verdad, la propiedad, la condición.

Hay dos opciones graves y una es la auténtica. JRJ deseaba, deseantemente, que la verdad fluyera. Su obra más importante permanece, y lo hará por los siglos de los siglos. No quieras esconderlo, nunca podrás hacerlo.

Lo auténtico es un pájaro, una silla de anea, un estado de ánimo que los otros no entienden. Debo darle las gracias a J.U. por una decisión que tomó hace unos años. Gracias a sus errores puedo leer lo cierto, puedo hacer lo que quiero, puedo reconocer que la filología no existe ni se enseña. Quiero darte las gracias sentado en una silla.

jueves, 17 de noviembre de 2011



La tía Juana solía decir que los veranos eran un regalo de dios, y el sudor de la frente era algo así como la expulsión de las malas intenciones. Desde entonces uso pañuelo, los instintos dañinos los guardo en el bolsillo.

Esta noche en la azotea he visto el cielo de Moguer. Me acompañaban Diego y Juan. Las luces del Puerto Rico molestaban. Mañana tendré que decir a Ernesto que apague el cartel luminoso más allá de las dos de la madrugada. José Antonio permanecía en la casa reparando el torso de un San Juan.

El poeta es un apóstol, un propagador del misterio, e inmediatamente después es la postura, la calificación del género.

Diego ha recitado “Mariposas negras” y Juan (el poeta que no el apóstol) poemas de El jardín mojado. He permanecido en silencio. Molestaban las luces. La claridad en la frente es el desorden, un grave desconcierto. Es la perturbación de los versos de otros, un simple impedimento.

Dicen que ahora José Antonio apenas recuerda. Ventura y otros amigos íntimos le cuidan en el día, por la noche descansa. José Antonio era bueno. Tenía la voz pequeña pero firme. La tía Juana falleció antes, mucho antes.

El esclarecimiento es nuestra voluntad, el centro donde se iluminan los espectros, lo visible y las malas intenciones.

miércoles, 16 de noviembre de 2011



EL verso de Machado que soportó una lágrima era un endecasílabo. Lo he recordado hoy, justo en la biblioteca. Bajaba de la azotea. Este mes de febrero nos llena de vergüenzas. Fonética, semántica, gramática. Es la argumentación, el eje discordante, una desavenencia en todo este proceso.

Opinas voluntades y dejas a otro lado la realidad del mundo. Los pájaros sonríen. Delibes argumenta. Lakmé representaba el secreto, ocultarse del mundo para ser fiel a ella, a los principios puros. ¿Cómo vamos a dejar la naturaleza ajena a la existencia?

Amor y desamor, eje de la discordia. Lo oculto y lo visible, idea fundamental de la poesía. Si tomas la manzana con dos manos, ¿dónde guardas la obligación? ¿Qué es la fama? ¿Una enmienda? ¿Una adición?

¿…quién / nos liberará / de nuestros liberadores? Es Parra. Su voz nos exime, nos desprende. Una vez fue una lágrima y ahora solo un verso.

En el cuarto de baño te he buscado y no estabas. He llamado, uno a uno, en todos los servicios. No he escuchado tu voz. En el espejo, escrito con carmín, el verso de Machado. Es la argumentación. La maldita discordia.

martes, 15 de noviembre de 2011



SI los pájaros hablan de filosofía les interrumpo. Todo estaba escrito, los presocráticos y Platón sentaron las bases de la historia del pensamiento. Todo es lo que definen. Todo es lo que acontece. Dos versos de don Nicanor me dejan de tener: “Perdonadme si pierdo la razón / en el jardín de la naturaleza”. Indagar es sentir, elevar el concepto que decae, obsesionarse con el mediodía, empeorar de salud y estar vivo.

Siguen faltando sombras, las palabras son el agua corriente del uso, de la estimación. Entre la permanencia y el distanciamiento malvive la discordia; justificamos límites, espacios, la primera unidad que reconoce a la tierra cuando es amable.

No podemos apartarnos de la naturaleza, ella otorga razones puras, símbolos. Hace frío, llueve, el sol y la luna son la llama de una vela. Existe una destreza que presume de sabia y solo vive en los peces. No enseña, carece de sabiduría, engaña. Es la argumentación. La luz deja de ser causa en la complicada opinión de una misma teoría.

Es el amor la caída del hombre, se inclina al desconcierto y no es pecado. Un poema es verdad si se ha hecho sangre. Lo dijo Juan Ramón: yo no podía cogerte con tu esencia. Primero la palabra, la estructura del mundo en base matemática. Si los pájaros tienen hambre somos materia.

lunes, 14 de noviembre de 2011



DECÍA Trapiello que la justicia poética es siempre justa incluso cuando no es poética. Y Paco Bejarano apuntaba: el precio de la libertad es la soledad, y prosigue: en la muchedumbre no hay soledad.

Es la poesía, lo que llena la vida del poeta las veinticuatro horas del día, el alimento que crece y vuela como el pájaro. Y no se escribe para nadie aunque sigan teorizando los otros y justificando su propia impotencia. Hay poco tiempo y el silencio avisa, debemos prepararnos, la llamada se repite en el centro de tu propia cabeza, ese bosque del yo en el nosotros.

¿Quién te quiere Javier? A menudo recuerdo esa pregunta, un antiguo verso, y mojo mis manos, las froto bajo el agua. El golpe de sudor y este olor a tierra satisfacen. ¿Hay algo más allá? Nombres, personas, libros, vidas, amistades. Nada es lo que parece. La verdad es esa gota de agua que recorre tu muslo mientras cierro los ojos.

El laberinto, a pesar de disponer de una coqueta entrada, es un círculo cerrado, la estancia del silencio, la servidumbre de la soledad. Es la permanencia, siempre es la permanencia. Perseverar en la constancia, habitando el silencio, en casa de la soledad. Sí, es la permanencia. ¿Y quiénes son los otros? ¿Importa acaso la muchedumbre?

domingo, 13 de noviembre de 2011



ES el distanciamiento. Hay lecturas que impactan, lugares, la memoria, un libro de poemas o tal vez un ensayo. Suena bien ese nombre, un autor, su pensamiento. Pasan los años y, ahora, todo es distanciamiento, se aleja, se enfría, no es lo mismo. Se ha hecho tarde.

Por eso, si escribo un poema lo arrojo al altillo del armario de mi cuarto. Cuando abro el portón caen muchos folios que vuelvo a elevar a las alturas. He recogido uno hoy de 1986.

Pero lo cierto, la verdad, lo que nunca se aleja, es Platón, Colinas, Parra, y algún que otro canalla que emite la fuerza sin necesidad de buscarla.

No hay distanciamiento en la pureza, ni en la esencia. Con la mitad de mi vida hago virutas, con la otra parte gotas de agua.

Es la transparencia, las imágenes que no cambian de tamaño ni de culto. Miro al grifo y su rebose, es la abundancia, la intensidad, el tono, la invasión de verdad sin el distanciamiento.

sábado, 12 de noviembre de 2011



HAY tres tipos de lecturas: de culto, de apreciación y de recorrido. El culto es tributo y admiración. La apreciación es el afecto sin medida. El recorrido es la distancia que existe entre lo malo y lo bueno, entre la ruta y el mapa.

Mi perro murió hace muchos años. Se llamaba Sultán. Era medio blanco y medio negro. Blanco parece negro o negro parece blanco. Su recorrido diario poseía la apreciación del culto.

En casa dispongo de tres habitaciones para guardar los libros. La amarilla contiene las obras de Parra, de Rosales, de Colinas, Eliot, Pound, Rilke, Claudio…

La azul está repleta de experiencia y diferencia, de sentimentalidad, gamonedas, robaynas, y otras medicinas naturales. Llena pero vacía (como el color del perro).

La roja tiene huecos, vanos, calamidades.

Los discos de cada estancia dan vueltas y vueltas, las revoluciones las marcan los versos.

Sultán, a veces, se aparece. Un ladrido feroz y una mirada. Son los ojos del perro, el culto y la apreciación al recorrido.

viernes, 11 de noviembre de 2011

"Mira que eres cabrón, Sánchez Menéndez" es un verso de Abel. La ilustración es de Pámpano Vaca, claro.






LO decía el poeta, y lo hizo sin pestañear: es muy tarde cuando descubrimos la realidad y el sentido común. Suele ocurrir fuera de tiempo, nos encontramos en esa línea imaginaria que separa la lucidez de la locura. El deterioro, a partir de ese momento, es rápido, veloz, preciso.

Las circunstancias impiden que la decisión acierte o marche vagando entre palabras.

Todos los hombres somos iguales, el ser humano muere, los árboles crecen, los pájaros sanos vuelan, las nubes caminan por el cielo a su ritmo. ¿Tenemos que puñetearnos día sí y día también?

¡Qué tarde es! Ha pasado otro día sin solución. Seguimos sin entender el motivo central, la disciplina, la justicia social, la propia vida. No busques soluciones, no existen. Ya, es tarde.

jueves, 10 de noviembre de 2011



EL tiempo me apasiona. Faltan horas, faltan palabras, faltan buenos poemas. Por eso se hace tarde. La duración de las cosas es muy escasa.

Una secuencia es un verso enquistado. Una oportunidad, una ocasión de fin sin conclusión.

Manrique utilizó un argumento humano para construir una elegía. El largo espacio se iba quedando corto, los actos sucesivos, es la modalidad del tiempo como verbo.

Recuerdo a Tomás Segovia, intentó descifrar el tiempo en “Vientos”. El poeta valenciano era un maestro de las ausencias.

Y todo es serenarse, encontrar el silencio de épocas pasadas, entretenerse en la exigencia de las circunstancias y siempre, conmigo mismo. En el compás de tres por ocho.

Ya ha vuelto a hacerse tarde.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Memorias de un comerciante de versos (Siete)



En el mundo editorial hay dos mafias fácilmente definibles. La primera son las asociaciones de editores y la segunda las distribuidoras.

Los amigos de los políticos de turno y menosprecio acaban como directores ejecutivos de las asociaciones de editores. Así, cuando había ayudas, estaban presentes en todos los repartos y favorecían a sus contactos, allegados o simpatizantes, amén embolsarse el máximo posible de la tarta. Se ha editado basura en este país. Si hablamos de crisis como derroche, en libros publicados se puede hacer una inmensa exposición de motivos.

Una comunidad autónoma mediocre, con publicaciones que inundan los sótanos de sus administraciones públicas, que se pudren, y ni siquiera llegan a las bibliotecas. Así es España, un país de cantina, mariachis y pelotazos.

Con la llegada de los recortes un conocido me enseñaba unas publicaciones, promovidas por una asociación de editores, sin más interés que el papel, la tinta y el olor. Las ayudas persisten para los enchufados, aunque no se tenga dinero para las farmacias.

Los editores asociados suelen tener una revista de reseñas donde publicitan sus obras. Las del ejecutivo salen en portada, las otras deben pagar un canon que oscila entre los libros editados en un año y las letras que el banco rechaza. Un pellizco.

Las distribuidoras llegan a controlar a las editoriales. Se llevan el 60% del precio de venta al público, pagan a noventa días y ¿quién controla sus liquidaciones? Dicen que tienen a unos comerciales que enseñan las novedades a las librerías y éstas deciden.

Así los autores siempre están enfadados con la editorial. Su libro no aparece en la papelería de la esquina de su casa junto a las novedades de Paulo Coelho o Pérez Reverte.

Los autores son graciosos. Quieren su obra en el escaparate, entre las lunas, en formato destacado y con un poco de neón.

Si ningún editor mandara sus novedades a las distribuidoras y remitieran, mediante una logística controlada, los libros directamente a las librerías, se acabaría una mafia. Pero claro, entonces te multarían de la asociación de editores. El director ejecutivo, enchufado y amigo del político que gobierna en la comunidad, tendría capacidad para controlar tus decisiones, incluso de retirar tus obras de la librería.

Por fiscalizar y manipular se hace hasta en los descuentos. ¿No se puede vender al precio que salga en gana? ¿No estamos en un país libre? ¿Qué siglo es éste?

Y entre todas estas cosas, el autor sigue llamándote, escribiéndote o mandándote sms, preguntando las librerías dónde se encuentra su obra magna. Es que tiene amigos que han ido a un lugar y no está su libro.

Un librero amigo y listo, me dijo una vez que había autores –con gafas de sol y gorro- que habían preguntado por una obra (suya y propia desde luego). La vanidad por encima de la cacharrería.

martes, 8 de noviembre de 2011

¿Qué quién ganó el debate ayer?



El del catering, sin lugar a dudas el del catering. Los chorizos y ladrones de los políticos y todos sus secuaces cenaron por 20.000 euros.

Y en crisis.



Hay un gorrión cejudo que no desea serlo. Se hace llamar pinzón y canta en todas las estaciones. Mientras le hablo otorga un repertorio regional que acompaña. Renegó de su especie cuando recibía clases de sonidos melodiosos en su juventud. Su pareja le abandonó por una paloma doméstica una noche de frío.

La escritura nos hace confundir las apariencias. Las cosas semejantes siempre están al revés. ¿Oyen? ¿Pueden escuchar? El verso de los mismos es igual, representa un oficio, muy buena construcción, ejecución correcta, perfecta compañía. Pero el pinzón no atiende, necesita el zarpazo, el golpe que le deje sin aliento. Los versos del silencio, esa chispa de mayor importancia. Lo que falta en los mismos que no tienen los otros.

Cuando al pinzón, gorrión o a esa ave, le recito a Colinas, viene la pausa. Es listo el renegado.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Memorias de un comerciante de versos (Uno)



Apunta Colinas que el tiempo es cruel con lo falso de la literatura. Más que excesivo es certero y acertado. Incluso diría que ocurre siempre. Es la otra realidad, la que no se conoce en vida.

Pero también esa otra realidad, que indica el autor de La tumba negra, es la poesía, la palabra que viene después de las razones que ya no sirven.

He leído un poema de un autor sudamericano que me ha fascinado. Y he llamado urgentemente y de inmediato. Así acontece la vida. El que pueda entender que atienda. Improvisar es error, juicio falso.

Uno ya se ha cansado de los envíos que aluden a la responsabilidad e incluso, de las opiniones, definiciones, vanas certezas. El descubrimiento es una virtud como también lo es la paciencia, la honestidad y el equilibrio.

He planteado publicar las liquidaciones de ventas de todos los autores que editan, de todos. Con nombre y apellidos (los dos). Más de uno derivará en sobresalto, es la otra realidad. Creo que hacemos un favor a las editoriales de la competencia. Las cartas de apresto y desagravio son tan excesivas que uno piensa en lo falso de la literatura.

Un autor muy conocido ofreció cinco mil euros por la publicación de un libro de poemas. Uno de los maquetadores, presto y veloz, dedujo que con esa cantidad se hubieran editado tres Vela de Gavia. Pero no se publicó. Otra editorial de poesía lo hizo.

Hay jóvenes que hasta ofrecen su conjunto de sentidos orgánicos por ver en papel sus versos. Y ante la negativa se autojustifican en la propia condición. Lo triste es que nunca verán la luz, lo que escriben no es poesía (algunas pueden ver la luz en manifestaciones terribles y no literarias). No me dolerán las críticas si no vienen de la otra realidad, la verdadera.

Ser editor es una cabronada. Una incomodidad. Una injusticia. Si no fuera por esa otra realidad, que pocos pueden observar, no merecería la pena.

Se hace tarde y vale la pena poder leer, descubrir, acertar o errar. Todas las razones nos sirven, absolutamente todas. Es tardísimo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Llegará un peluquero a la Moncloa



El día que Al Qaeda atentó contra las Torres Gemelas comenzó la crisis económica y financiera de nuestro planeta. Se desató un registro de impotencia que aún hoy no ha sabido superarse. La inercia llevó al mundo unos años en volandas y, posteriormente, todo ocurrió como conocemos.

Los líderes y gobernantes demostraron con sus actos que vivimos una pesadilla de dirigentes. Si la historia se conoce por sus guerras y batallas, esta época histórica se recordará por políticos ineptos y de poca monta.

En nuestro país dice Rajoy que no meterá la tijera en las pensiones públicas, ni en la educación ni en la sanidad. Días antes había dicho que no le gustaría recortar en educación ni en sanidad. Es demagogia. Es impotencia.

Mientras un treinta por ciento de españoles seguirá votando al PSOE (engañados, convencidos o clase ignorante), el del color azulina maricón se compra un juego de tijeras en Albacete para llevarlo a la Moncloa. Y allí, todos los suyos pasarán por el asiento para el corte, el pelado prometido.

Un país en ruinas no se puede permitir un gasto de muchos miles de euros en un debate público pactado y de mentiras. Ese dinero debe ser para la gente que no tiene para comer. Y mucho más impresentable es que el debate esté acordado, medido y aceptado. Todas y cada una de la preguntas han sido estudiadas de antemano, todos los comentarios son de juguete. Un paripé que llenará de audiencia las cadenas, mientras cada minuto hay más parados.

Dicen que Cristóbal Montoro se acercó a saludar a Rajoy, y éste probó sus tijeras nuevas. Después de eso le hicieron la foto de los carteles de las elecciones.

Hay que salir a la calle, condenar al ostracismo a todos los políticos y utilizar el sentido común. Ese que pide el linchamiento de la clase política, de los magnates financieros. No es Europa la que se tambalea, es el mundo.

sábado, 5 de noviembre de 2011



Los pájaros han preferido este año no marcharse de casa. La humedad de la tierra es su alimento, los huecos en las tejas su resguardo: la distancia que existe entre el peligro y la seguridad.

viernes, 4 de noviembre de 2011



Brindar con las nubes e invitar a las estrellas es la mejor de las fiestas posibles. Igual o semejante. El techo siempre es paja, el suelo tierra. Beberemos la vida a sorbos muy pequeños hasta que el ángel, el que tiene una sombra que no es suya, nos dé la bienvenida.

jueves, 3 de noviembre de 2011

99 (Noventa y nueve)



El mercado de La Merced y el de Sonora están muy cerca. Prefiero fumar un cigarro paseando y mirar a lo lejos el Palacio Legislativo de San Lázaro. Un mejicano con aire de suspiro intenta venderme una calavera. Entre la luz del coche que no sirve para nada y la mariposa encuentro poca conexión.

Cada una de las elecciones que permite la vida es una inclinación. ¿Ley natural o fundamento? Nos faltan tantas cosas que apartamos la conciencia de los actos. Fumar el cigarrillo, buscar las fotos, elegir entre todas las acepciones de calavera. Vemos, aprobamos y elegimos, siempre lo peor, que decía Ovidio.

He terminado la admiración, la identidad, el enfrentamiento. Un único desconcierto y no falta nada. Es un error pensar en el desorden. ¿Admirar es perplejidad? El mundo se hunde por culpa de las definiciones.

Don Nicanor no es un fantasma, ni una sombra, es verdadero, real, cuantificable. Un verso es un alcance que no logras atrapar, es un intento, una instancia, un acceso. La caricia del tiempo con una gota de lluvia, el olor a tronco de encina.

Nunca debes cambiar los problemas por la suerte, la satisfacción no circula por las venas. La forma natural es movimiento, el camino hacia la muerte.

He roto todas las fotos en la cafetería del Museo de la Caricatura. Me ayudó un tal Víctor Gabriel. Vuelvo con las manos vacías y el corazón repleto de servicios.

En el avión con un lápiz y una hoja hago espirales, son laberintos. Cierro los ojos. La mirada blanca de Juana, la humedad del mirto, el café, los tres gatos, la luna y las estrellas, la golondrina que se acerca a la mesa, la ropa tendida entre dos árboles.

¿He aprendido a soñar? Alcanzaremos la magia con las cosas humanas. Las cuerdas del bajo están desafinadas. La poesía acabó con el estado del culpable, como todas las cosas de la vida.




© Fotografía: Jasamaphoto.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

98 (Noventa y ocho)



Nunca más se hará tarde. Salgo a tientas del laberinto. Confuso, enredado, sin cadencia ni sentido. No volveré a entrar. Tumbado en la hierba acaricio la piel del mundo. Ensucio las manos y recuerdo a Fray Luis: vivir quiero conmigo.

La tía Juana tenía el pelo blanco, canoso, era un pelo bobo nieve. Muy fino, delicado. Su rostro siempre estaba rosado. La piel brillante, con ese terso engañoso propio de las culebras. Labios finos y claros que nunca dejaron entrever una sonrisa.

La tía Juana deseaba reverencias, pero del tipo serrano de Lope. El peregrino moño de horquillas era un jardín de cabellos, un desdén o una senda.

Ya hacía años que había fallecido cuando la encontré en el autobús. No era agua, estaba allí frente a mi pecho. Sin miedo que escandalice levantó la cabeza y respondió a mis cuestiones.

Juana estaba en el laberinto y en él permaneció. Al igual que mi padre, JRJ, Barrie, Meredith o Francisco Imperial. Algunos otros aparecieron como espectros.

Un topo ha muerto junto al porche, en la puerta del garaje. Su cuerpo reventado es pasto de los pájaros, de las hormigas y los gusanos. El pobre topo no cambió los problemas por la suerte. Nunca más se hará tarde. Su tiempo es edad pasada y luz serena.

Junto a mi vida tengo frío. Debo ir al bosque. Al centro del bosque. Vivimos dos edades: el tiempo y el destino.

Unos ojos bellísimos se acercan y abrasan. En la calle el peligro deshace, desbarata. El ansia no es deseo, es pasión. La voz me llama. La muerte tiene una imagen espantosa que dirían De Argensola.

La poesía es un confuso laberinto. De lo de hoy te arrepentirás mañana. Suenan unas campanas donde no hay una torre. Es mediodía. Juana viene con la comida. ¿Fuga o sueño?

En el centro del bosque se pierde el sufrimiento, y lo digo llorando.

martes, 1 de noviembre de 2011

97 (Noventa y siete)



La creación precisa de un horizonte limpio, puro, atemporal, siempre en proporción a nuestras deficiencias. Sin la pureza buscada se consigue la nada. Es necesario la decencia, la honradez, la inocencia.

El aire de Anaxímenes llena nuestros pulmones, reposa las conciencias, alivia las culpas pasadas. No hay una doctrina ética en los actos, tan solo hemos cambiado los problemas por la suerte de nuevo. No tengo que demostrar nada, ni Arquelao, Diógenes, o el mismo Anaxágoras. Interés e importancia, sin leyes ni normas morales.

La creación necesita un horizonte limpio, sin enmiendas, pero con muchos tachones en los cuadernos. Es la teoría de las inclinaciones, la doctrina de la mala condensación. Los elementos dan origen al esplendor.

Con envidia tampoco hay literatura. Ni Porfirio ni Empédocles. Adorar los altares repletos de mirra o de pasión es poseer emulación, desatino.

Lo noble es apogeo, el firmamento es sólido como la verdad. Recibo las oportunidades en la observación del hombre y la naturaleza. Lo inmenso e infinito es puro como los milímetros. Hay que ser malo para ser envidioso.

Estoy ya muy cansado que todos los días se haga tarde. He parado el reloj. Escucho a los pájaros pero no los observo, es de noche. Luchamos para llegar a ser rapsodas. Homero sonríe. Todos ofrecen ese aspecto gozoso, de esperanza.

La envidia y la imperfección –que es suciedad- anulan los objetivos, la creación adquiere propiedades secundarias.

Hay tres ranas muertas en la piscina. El cloro ha acabado con sus vidas y se han hinchado. Aumentar de volumen es exceso, engreírse. Las tres se envidiaban. Las tres no eran limpias: Dioniso, Eurípides y Jantias.