miércoles, 31 de octubre de 2012
Ljubljana
ORDENO las cartas de Ljubljana. Son inmensas. Están cargadas de
desesperación. La voluntad del hombre supera todo cuanto manifiesta.
Sobre la mesa de cristal he dejado los nuevos ceniceros. Son de madera.
Uno azul y otro verde. Cuando apago el cigarro en ellos se eleva el sabor de la
simple verdad. Ya no hay conocimiento, ni centro. Me aparto de aquello que
rodea al círculo. Busco los pronombres, abandono los verbos.
La poesía está cargada de gremios. En ellos no hay futuro. Ni siquiera
presente. El poeta dejó de ser artesano para convertirse en mercenario de sus
propios versos.
Son casi cuarenta cartas fechadas en un espacio temporal corto. Tres
años. La falta de respuesta motivó el abandono. Es la ley de la meditación. Lo
intentas pero acabas cediendo.
¡Mercenarios! ¡Inútiles mercenarios! Al final no podréis acabar con la
violencia, ni con el infierno, y mucho menos con las cartas de Ljubljana.
lunes, 29 de octubre de 2012
Allí todo es verdad
DICE dios que el centro es muy bello, pero
para permanecer hay que estar y ahora como que no caigo en si estoy o me
derrito. Vuelvo a mi loquero. Se pelea con dios.
Cada uno dispone de una terapia diferente y no consiguen transmitir lo que
realmente deseo escuchar.
Dejo a dios con el loquero. Ellos entenderán lo
que nadie es capaz de recibir.
Dicen que el
centro es muy difícil de conseguir. El verdadero centro. Del que todo proviene
y en el que todo permanece. Hasta la incredulidad, el fácil conocimiento. La auténtica
poesía.
Y la poesía es
desesperación, angustia. No fue un divertimento, ni siquiera ese absurdo objeto
de deseo que intentamos alcanzar con el desconcierto.
Es la verdad.
Dejo el último
cuaderno marrón en la consulta. En él he anotado aquello que soy y lo que no he
conseguido. A ver si en su lectura se determina algo provechoso de una vez. Y
consiguen ayudarme. Y desaparece el dolor de la cadera que vuelve con las
primeras lluvias.
Apenas puedo
leer. Solo a Parra. Su ironía me desgarra, aunque también me absorbe.
Cojeo más de la
cuenta por culpa del zapato desgastado de la pierna izquierda. En la izquierda
todo está derrumboso y sin
coeficientes.
Intento vivir y
no me dejan. ¡Qué absurdo! Todo sigue siendo mentira, hasta los correos que
recibo de imbéciles con justificaciones. Debo acudir al centro. Allí todo es
verdad.
domingo, 28 de octubre de 2012
sábado, 27 de octubre de 2012
Lo de siempre: "Todo es mentira"
LO de siempre. Todo es mentira.
Están los mismos, con idénticos amigos y las mismas decisiones.
¡Qué vergüenza!
¡Cuánto frío hace en Granada!
Leer AQUÍ.
viernes, 26 de octubre de 2012
Confusión
HAY personas, por
llamarlas de algún modo, que siguen viviendo en un país de fantasía y
ejecución. Un lugar del mundo donde todo es bello y prometedor. Siguen mandando
citas caligráficas, sonríen cuando alguien les pregunta, e incluso pueden
determinar las voluntades con los actos ajenos.
Hay personas que reciben mucho más de lo que dan. Y recogen los frutos de la ignorancia porque ellos han sido, aunque ya no sean nada.
Me cuesta responder a
las ilusiones. Prefiero la realidad, la cruda realidad que nos aleja de todo
cuanto existe y permanece.
¿Un autor bueno?
Preguntabas. Un autor bueno no vende cien ejemplares de su obra en este país.
He dicho muchas. No considero honrados a los pastiches, a los libro de grueso
lomo que inundan las meses de los centros comerciales.
Esas personas, el día
que pongan los pies en la tierra sentirán el escalofrío de la vanagloria, la
sinceridad de los lamentos, el humo del tabaco.
Pero mejor es no
pensar, mejor es no pensar. Imaginar y recordar se superponen y confunden.
jueves, 25 de octubre de 2012
Nada permanece
MI madre, semanas antes de fallecer, visualizó un
horizonte temporal negativo. Habló reiteradamente conmigo en las últimas
visitas, cuando le daba el beso en la frente. Comentó que la vida prosigue en
un hilo grueso y, ante la caída hacia la derecha o la izquierda, siempre
soportaba con estoicismo la perseverancia.
Ahora el hilo se iba haciendo fino, muy delgado.
Caer era lo fácil. Mantenía un equilibrio ficticio e irreal. Un sentimiento de
capacitación que nunca resultaba verdadero.
Mi madre cerró los ojos. Se complicaron los
acontecimientos. La defensa se convirtió en madurez y la vista cansada en
miopía. Comenzó todo a ser distinto, diferente.
Desde entonces dejé de dormir, llegó mi hija, mi
nieto, y sobre todo las visualizaciones. Pude comprobar que lo que podría haber
sido fue, y resultó para siempre.
Sigo llamando al 954 632 668. Era el teléfono de su
casa. No responde nadie. Una voz suave indica que no existe ninguna línea con
esa numeración. ¿No existe? Mantengo en la agenda el contacto. Hasta su móvil.
Nadie intenta venderme la burra, lo hacen con el
rebaño. Pero visualicé. Comprobé que en la noche los días son perfectos, y que
en la madrugada el tiempo pasa muy despacio, lentamente.
Como si la vida se torciera una mañana y desde
entonces todo pasa, nada permanece.
martes, 23 de octubre de 2012
Para el universo
HOY hablo con
Nicanor y me pregunta por mi loquero. ¡Manda cojones! Mi loquero es uno, mi
loquero es trino, mi loquero es famoso. Hasta en El Tabo se le reconoce.
Me dice el de
las tres cruces, muy sabiamente, que si
todo el mundo me llama para que le publique un libro. Asiento. ¿Y quién te llama para publicarte uno? Nadie.
La realidad es que nadie. El libro al fin
y al cabo, repito, me la trae floja.
Si soy muy malo,
le digo a Parra. Tengo 2.400 visitas diarias a La vida al filo de la espada. Una miseria comedida. Unos treinta
euros de ingresos por publicidad y menciones en Twitter que no soportan la más
mínima insinuación.
Uno es un pobre
ignorante. Aprendiz de brujo que no sirve ni para fumar los caramelos que
acompañan al tabaco rubio. Mastico el chicle sabor a Coca Cola en el cuarto de baño, aunque mi madre haya fallecido. Y
por las noches duermo gracias al halazepan.
Los que trinan
apestan. Los que sufren descomponen. Tres días a la sombra y has perdido el
color de la miseria. Blanco, estás blanco como la leche de soja. Mucho más sana
que la de vaca engordada con pienso y reservas.
Mierda de
literatura. Séneca era maricón, aunque resultara sabio. Juan Ramón, machista
comedido. Y Borges, un engreído. Así, aunque el móvil suene en cada mensaje,
hago el efecto de borrar como el de soltar leches al aire. La literatura es una
mierda. Una auténtica mentira. Y todos, los que escribimos para el universo,
tenemos la culpa de ello.
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