lunes, 30 de junio de 2014
viernes, 27 de junio de 2014
jueves, 26 de junio de 2014
miércoles, 25 de junio de 2014
Creación
Sigo leyendo. Escribo anotaciones en los libros que adoro y soy incapaz
de crear nada. Nada puede reflejarse en el espejo y las sombras agradecen el
silencio.
El libro sobre Edith Stein, Arendt, Weil y Zambrano tiene muchas hojas
dobladas. Se encuentra sobre la bandeja de madera que utilizo para trasladar
los libros de la habitación al salón, y del salón a la mesa del porche. Viajo
como un camarero con bandeja, pero en ella solo hay libros, los mismos de
siempre.
Traduzco poemas de autores franceses. Saco el anillo del dedo y busco
un joyero que fabrique un nuevo anillo dibujado en la tierra que han
trazado los pájaros. Los rabilargos han hecho un buen trabajo. Posee signos y
círculos, tiene unas dimensiones exactas, una medida equilibrada.
No me gusta el verso blanco, el
endecasílabo aburrido y monótono que recorre el césped. Viajo al árbol de dios y me acomodo. La posición del sol
evita la sombra. Miro al cielo y no hay nubes. Se han marchado los pájaros.
Decía Ana María Matute que a la literatura se entra con dolor y
llanto. No es la primera vez que lo escucho. No me sorprende.
Recibo de México unas extrañas fotos de finales del XIX. Las
digitalizo y las archivo en la nube.
Dolor y llanto repito. Dolor y llanto. Sin dolor y llanto no hay
creación, es imposible. La felicidad no existe en la creación. Si aparece no es
creación.
martes, 24 de junio de 2014
Suficiente
Cuando escribo un poema lo reflejo en el espejo, el que tiene el marco
marrón, y aguardo el comentario de las sombras. Cuando escribo un poema subo a
una nube para leerlo pausadamente a los pájaros. Cuando escribo un poema hablo
con don Nicanor por teléfono si ese día tengo suerte. Cuando escribo un poema
cierro los ojos y converso con Claudio, con la Zambrano o con Ángel González.
Cuando escribo un poema todo es ya suficiente.
lunes, 23 de junio de 2014
El traidor
Leo a Ordovás. Una vez y otra vez. Me siento identificado con sus
personajes.
No creo en los paradigmas de Platón, nada puede ponerse como modelo ya
que todo es mentira.
Odio la vida literaria y odio a aquellos que se hacen llamar poetas y
que lo anuncian en sus páginas. La poesía es del pueblo y para el pueblo, y en
ellos radica la virtud. La apariencia y la presentación acaban siendo manifestación,
y toda manifestación es egoísmo, envidia, limitación.
Odio las libertades, las indulgencias plenarias, las mentiras y los
falseos. Si un poema o un libro no me gustan, no me gustan. Odio lo empalagoso,
lo que no dice nada, aquello que no me levanta del asiento aunque esté
construido maravillosamente.
La libertad es el síntoma de la desesperanza. Y la justicia es
sinónimo de lo no bello.
Sigo saltando por los tejados, como Josu, el protagonista de la novela de Ordovás. No tengo ganas de reírme pero río. La civilización es un montaje, como la política.
No preguntes por favor. Si no me gusta ya he dejado de responder. He
dejado de ser cortés para convertirme en incorrecto. Y un incorrecto no es
traidor de la realidad, es un adulto que
alimenta los sueños, es un ser marginal como el aire, la nube o el rabilargo.
domingo, 22 de junio de 2014
Los girasoles
Los campos de girasoles son peligrosos. Aunque utilizo botas, las
culebras intentan buscar el rescoldo entre los cordones para hacerse notar. Doy
pasos lentos, toco los pétalos y huelo el campo.
Este año los girasoles están tristes, a pesar del riego y del sol no
miran como otros años. Están cansados, como los españoles. La miseria también
abunda en los campos de girasoles.
Suelo abrir los brazos entre sus enormes flores. Me adentro en su centro
que es el único camino hacia la virtud. La justicia no condiciona la vida, lo hace
la existencia. Nacer y morir, al fin y al cabo, son cuestiones que los
girasoles entienden muy bien.
Abunda el ruido en los campos de girasoles. No sabes si provienen de
arriba o de abajo. Hoy recuerdo a Kundera y a la felicidad. ¡Quién sea feliz
que lance una piedra! Pero ningún girasol arroja nada. Todos guardan silencio
entre el ruido.
viernes, 20 de junio de 2014
miércoles, 18 de junio de 2014
martes, 17 de junio de 2014
lunes, 16 de junio de 2014
El sueño
El sueño estaba habitado de sombras. Me acercaba a cada una y, tras
tocar el hombro, se volvían. No tenían rostro. Los no poetas no poseen rostro, sus sombras no dejan espectro.
Desde ese día dejé de temer a las sombras, a los no poetas. Acuden a casa diariamente. Les enseño los libros de
Parra, los de Rilke, los de Leopardi. Los miran con interés, los tocan y
manosean pero nunca los abren. No leen más que lo suyo.
Aquellos que viven como héroes serán derrotados, su muerte les
conducirá al interior del cenicero de cristal, con las colillas.
Odio la poesía empalagosa, la que escriben los listos con estrofas
medidas y nunca me levantan del asiento. La que dice lo mismo que cualquiera. La
que podría volcarse en la ceniza y nunca llenaría el cenicero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)