sábado, 6 de marzo de 2010

Carajo de Mar






El carajo de La Caleta, es una acepción que proviene del término vulgar "carajo de mar". Se trata de una especie marina (holoturoidea) de la familia de los erizos. La apariencia es realmente sospechosa, y como se dice por Cádiz, cuando te estés bañando en la playa no vayas a encontrar a ninguno, no porque muerdan ni piquen, sino porque a más de uno le puede gustar un carajo.


miércoles, 3 de marzo de 2010

¡Menudo plantón!



Al final recibí plantón. Fue sonado, por cierto. No se presentó dios a la última cita.

Le esperaba como palabra, como deseo. Y dios es eso, lo que cada uno necesita en cada momento. Cuando lo solicitas no aparece y cuando no lo necesitas te indican con palabras que vas a ser condenado eternamente a los fuegos del Averno.

Los mendigos lo buscan. Los necesitados lo reclaman. Y dios nunca aparece. Esa palabra desafiante de amargura, triste como los camerinos del Falla en carnavales.

¿Quién eres realmente? No dudo de tu existencia, aunque dudo de tu certeza, de tu ingenuidad y de tus movimientos.

¡Menudo plantón! El abrazo acabó en paseo y la conversación en desatino.


martes, 2 de marzo de 2010

¡Llegamos a la Isla!

¡Los vivos!






En Siltolá no hay lugar para los vivos. Los muertos representan la equidad y el ocio. Nadie con dos dedos de frente será capaz de forzar la realidad.

A veces vivimos más de lo previsto, y vivimos de forma desmesurada. Un momento, una ocasión, una virtud.

La vida debe entregarse a quien no puede disfrutar de ese momento.

Un joven filósofo decidió depositar su tiempo en otros momentos. Despertó en una habitación de hospital.

La virtud de su existencia radicó en entregar su vida a los demás, a los que necesitaban el tiempo, la lluvia y la nostalgia.

Debemos manifestar lo necesario, sólo lo necesario.

Lo demás es eterno mientra dura.