jueves, 13 de agosto de 2009

Las responsabilidades del recuerdo



Nos encontramos en otro estado. Algo así como la depuración de responsabilidades del recuerdo. Y el recuerdo no miente, engaña. Como engaña la Iglesia y los hombres que forman sus entramados. Dios existe. Es evidente. La Iglesia no.

La gracia es una penuria que se soporta pero no se agradece. Hacer las cosas por actos de fe es triste mientras no exista el convencimiento. Citar a los pobres autores del recuerdo, que siempre son los mismos, es aún más lamentable. La grandeza de la sabiduría consiste en abrir la mente, dejarla al descubierto, y no tachar a nadie de reaccionario, impropio o desmesurado. Todo lo que se escribe se hace por algo.

Después de descubrir el pasado y lo que fue, de vivir el presente, nos adentramos en un futuro oscuro, pero con los alicientes del hallazgo. No podemos cerrar ninguna puerta, aunque somos libres para ello. Pero se cierra cuando ya se ha abierto, y se ha comprobado lo que hay dentro.

No tener la oportunidad de abrir es dejar en el camino parte de la vida. Es depurar responsabilidades sin tener en cuenta el recuerdo. Es mentir. Es engañarse.


9 comentarios:

Máster en nubes dijo...

joé, Javier, aquí me tienes rumiando como una vaca tu entrada, con el calor que hace, por Dios, mira no hay espacio y sería largo, pero en fin, digamos que por lo menos haces pensar (algo ;-) antes de comer.
Un abrazo,
aurora

Romina dijo...

Si tenés el valor de hacerlo, pues adelante!
que mejor sensación sanadora que depurar de responsabilidades el recuerdo
más aún aquellos que lastiman
aunque de "ellos" se aprende
solo para no volver a tropezar :)

Muy buen post
llama a la reflexión

Besos apasionados♥

Capitán dijo...

Hoy vienes fuerte Javier, el verano te está desatando, vas mucho más rápido de lo que puedo seguirte, pero espero abrir pronto puertas y buscar el futuro.

Un abrazo

América dijo...

Hola Javier.

La fe sin convencimiento como principio es imposible,se tiene o no se tiene,aun cuando nos laceren las preguntas y hasta los hechos.

Coincido contigo,"La grandeza de la sabiduría consiste en abrir la mente, dejarla al descubierto,"sin juzgar ni etiquetar,abrir y cerrar puertas es todo un proceso,aunque a veces nos basta con una ventana donde intuimos hay luz al abrirla.

El recuerdo tiene lo suyo,el alivio del sano olvido,las responsabilidades están ahí asumidas quizás algunas con capacidad de enmienda,abrir puertas requiere valor y no hacerlo deja un reguero de dudas por el camino.

Un abrazo fuerte.

Máximo Silencio dijo...

Buen post aunque difiero en la idea de "La iglesia es un engaño", Mas bien "la iglesia de los hombres (Que buscan intereses terrenos) es un engaño". No todos aplastan al que piensa diferente diciendo reaccionario, yo no lo hago y me considero iglesia.

Vicky dijo...

Llegara un dia que nuestros recuerdos serán nuestra riqueza , al menos eso creo ahora.Pero también creo que el que vive de recuerdos llegara un momento que arrastrara una muerte interminable.

Por lo tanto abstenerse de recuerdos , seria una cuestión de supervivencia, todo es cuestión de tiempo...

"Dime y lo olvido , enséñame y lo recuerdo , involúcrame y lo aprendo "

Un abrazo

Liliana G. dijo...

Las responsabilidades que tiene el recuerdo son las que nosotros le achacamos, ni más ni menos. Delegárselas todas a él es facilitarle el trabajo a la razón y no me parece del todo justo.

Las puertas entornadas nos permiten ver adentro y entrar si lo consideramos oportuno o quedarnos fuera si no nos conviene. Libre albedrío que le llaman.

Un beso Javier, encantada de participar de tus disquisiciones.

Máster en nubes dijo...

Yo es que necesito tiempo para pensar, mucho, voy con ello que lo tengo pendiente desde ayer:

1. Nunca se depura un recuerdo. O se olvida o se recuerda, y perdonas o no si es el caso, a veces no lo es.
Otra cosa es que haya que tener "en presente" muchas cosas: creo en el olvido en el sentido de que no se pueden tener presentes agravios o errores, ni los que han podido cometer contra nosotros ni los nuestros casi, se intenta reparar el error, se pide perdón en su caso y ya.

2.No entiendo lo de la gracia como penuria, no sé. Yo por fe hago casi todo, y la fe es la que da el convencimiento, o mejor dicho, algo más fuerte que el convencimiento.

3. Hay que distinguir lo que escribe, piensa o hasta dice uno en un momento de calentón ... de lo que debe quedar por escrito. Escribir es tirar más del 50% de lo que escribes, al menos una novela, otra cosa es un diario, que es igual. Pero si algo se va a publicar hay que pulir, creo.

4. Creo que sin caer en la prudencia mal entendida, tanto escribir como vivir es depurar recuerdos, dejarlos en 2º 3er o 4 lugar, y cuando cuentas una historia, se puede contar solo 1, o 2, pero con un hilo. Todo lo que distraiga y pueda traer atención sobre lo anecdótico a veces es un tremendo error ;-)

Una cosa es mentir, otra engañarse, y otra no contar toda la verdad, a Dios gracias, no estamos en posesión de ella, y por otro lado la verdad está hecha también de elipsis, muchas, de suspensiones no ya de juicios, sino de narraciones reales o ficticias. Por una simple cuestión de supervivencia ... y también, si estás escribiendo ficción, de saber que toda novela como todo mapa es una simple visión parcial que no puede contar todo, ni siquiera desde el narrador.

Un abrazo y besos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Quiero daros las gracias por vuestros álogos, y me disculpeis, por no contestar uno a uno, pero en el lugar donde estoy (parecido al infierno de Dante) internet no acaba de funcionar.

Un abrazo, y gracias de nuevo.