lunes, 30 de noviembre de 2009

Cometas y veletas



El Colegio del Santo Ángel de Puerto Real era un edificio blanco, con un patio inmenso y lleno de ruido. Cuando iba a clase siempre estaba contento, principalmente porque nunca pensaba en el colegio. Apenas tengo recuerdos de él.

Pero algo que no logro olvidar eran las apariciones intermitentes del hermano visitador. Siempre llevaba una lata de mantequilla ZAS entres sus manos. Y en la lata caramelos de pétalos o flores color violeta, con olor y sabor a violetas.

Esos caramelos los tenían las abuelas o el hermano visitador.

Gracias a él aprendí de memoria las tablas de multiplicar, las reglas ortográficas y los ríos de España.

Siempre decía que existían dos tipos de alumnos, los cometas y los veletas. Con el paso del tiempo apliqué esa teoría a los poetas. Poetas cometas y poetas veletas. La experiencia y la nueva sentimentalidad. La poesía y la poesía.

El hermano visitador te decía en clase, delante de tu profesor, que si acertabas las preguntas que te iba a hacer te daba una torta, pero podías coger una violeta. Si fallabas, también recibías torta, pero esta vez sin caramelos.

Acumulé muchos caramelos que me resultaban extremadamente empalagosos. Y los cambiaba por canicas a los compañeros en los recreos.

Un día la cometa quedó enganchada en la veleta del viejo edificio. Nunca volvimos a ver al hermano visitador. Desde la ventana de mi clase, siempre le enviaba un saludo a esa veleta.


30 comentarios:

Máster en nubes dijo...

Oye, tengo la sensación de que a los chicos os pegaban mucho. Joé, un poco burros los hermanos esos. Pero me ha gustado esta entrada, como las otras de la infancia que has escrito.

Con el viento como para no volar cometas por el sur, mira que son bonitas. Un abrazo.

Aurora

Capitán dijo...

Cometas y veletas, y tienden a enredarse ambas.

Un abrazo

José Alfonso dijo...

Bastante tiempo sin revolotar por acá, no sé qué fue de los Hnnos. Maristas que me caponeaban.
Se casaron todos, todos, a partir de 1976.
Un abrazo.

mirambella dijo...

Que bonito escribes. Consigues la atmosfera, es como si te trasladaras al mundo, al espacio que cuentas. No muy agradable por cierto.
Besos, que de tortas ya hay bastantes.

Paloma Corrales dijo...

Yo también tenía una abuela con caramelos de violetas, y un colegio blanco con un gran patio...

Gracias por hacerme recordar.

Besos Javier.

maile dijo...

Las veletas señalan al viento hacia dónde debe soplar... las cometas se dejan llevar por él. Cuando unas y otras se encuentran surge el amor.

Hermoso recuerdo gaditano, señor Javier.

Alonso CM dijo...

Entonces tú eras el famoso violetero...

Muy buena interpretación del panorama poético, Javier.

Anónimo dijo...

Yo también estudié en un Santo Angel, pero este era todo lo contrario al tuyo, excepto en lo de las tortas...

Dol dijo...

Hermoso final .

Las hojas del roble dijo...

Esa gente que nos marca en nuestro vuelo...

Marisa Peña dijo...

Cometas y veletas enredadas, y un sabor a violetas en los labios...
¿Y no es eso poesía?Un beso

mangeles dijo...

Que hermoso.Yo también recuerdo algunas cosas que me enseñaron y quien me las enseñó. Incluso en inglés.

Es curioso, ¿cómo es posible, que si los niños sienten tanto interés y tanta ilusión en aprender, luego...eso se torne en dejadez y desánimo?...

Esos caramelos en Madrid, se llaman VIOLETAS...se venden en cajitas de plástico duro, transparente....son muy típicas de la Capital.

Un beso, Javier...me ha encantado este post.

Vicky. dijo...

Los recuerdos hermosos siempre serán entrañables...

recuerdo que tenia una vez una cometa , y la hacia volar por la playa, conseguir que cogiera el vuelo era todo un reto , pero valia la pena , luego estaba orgullosa de que me vieran con ella.

Un post muy tierno.

Un Abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Aurora, todo es cierto y verdadero, todo.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Por eso a mí Capitán, las cometas a la playa...

Javier Sánchez Menéndez dijo...

¡Mira por donde José Alfonso!

Ahora todos casados.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Mil gracias Mirambella.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias a ti por tu álogo Paloma.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Maile por sus bellas palabras.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Miradme, el que quiera entender, que entienda.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Plato Roto y Cortante, nos dieron.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Reyes.

Saludos.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Hojas, nos marcan, o nos dejan marcados¡¡¡

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Toda la poesía del mundo Marisa.

Un abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias Mangeles, muy madrileño.

Un fuerte abrazo.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

¡Qué difícil es hacer que vuelen Vicky!

¡Qué difícil!

Pero qué bello¡

Un fuerte abrazo y gracias.

Liliana G. dijo...

Los recuerdos son como las cometas, van y vienen, vuelan alto y cuando los queremos tener entre las manos, sólo debemos recoger el hilo que los sujeta.
Las veletas, ah, de las veletas, siempre pendientes de los avatares del viento, nunca sabremos hacia que lado girará, como nuestra vida, nunca lo sabremos...

Tus recuerdos tienen poesía.

Besotes.

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Qué hermosa rememoración, Javier. Gracias por traerla aquí.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Un fuerte abrazo Liliana.

Muchas gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Gracias por tu álogo Antonio.

Un fuerte abrazo.